Qué se dice  
Navidad politizada

<p><strong>Qué se dice   <br/></strong>Navidad politizada</p>

Está manifestándose con fuerza la capacidad que en este medio suelen tener los proyectos reeleccionistas para poner a la gente, en forma  abierta o solapada, a vivir la política con intensidad. El Partido de la Liberación Dominicana hierve y vibra por los cuatro costados en esta Navidad, hasta el punto de que su secretario general, el directo y enfático Reinaldo Pared Pérez “mandó a callar”, virtualmente, a los dirigentes que  a su juicio hablan mucho sobre el proceso interno de esa organización, reclamándoles que dediquen siquiera una parte de su tiempo a cumplir con las responsabilidades de Estado, “por que este país no perdonará jamás” que por rebatiñas internas los peledeístas pierdan el poder. Casi se trató de una confesión de que el oficialismo está ya más en movidas partidarias que en gestiones constructivas para gobernar. Y si el Presidente de la República va a estar desde ya repartiendo miles de canastas por todo el territorio nacional, y mezclando en actos públicos y reuniones privadas, sus altas condiciones de Estado con las de aspirante a reelegirse, con más hechos se vería que la lucha política domina la atención y las energías de la mayoría de los que están al timón de esa nave que es la República, en la que tanto se determina el rumbo que en sentido general lleve el país, que por cierto, ahora mismo no sabe hacia dónde va en términos fiscales, energéticos, de DR-CAFTA, de reglas para la inversión y sobre seguridad social, temas todos envueltos en una densa incertidumbre.

 

Golpe por golpe

Lo que sí ocurre con regularidad es que las autoridades de control de drogas (la DNCD)  asestan golpes –que sin acercarse en lo mayúsculo al caso Quirino- indicarían que algo se está haciendo contra ese mal, aunque al mismo tiempo el brazo armado del Narco que ajusta cuentas internamente en sus operaciones, no se anda tomando recesos, hasta el punto de que se acumulan rápidamente los asesinatos truculentos que la Policía tiene pendientes de resolver, hechos horripilantes de tipos a los que les quitaron la vida y  por los que luego nadie sale a reclamar justicia. No se sabría entonces si las incautaciones de drogas que ahora ocurren con frecuencia ocurren, expresan efectivamente un mayor control del delito de tráfico o simplemente son  un reflejo mediano de que en ese mundo existe una crecida movilidad de tránsito con el extranjero al tiempo que  interiormente  se consume más  drogas y se la utiliza en demasía como moneda de curso legal, con una secuela de ribetes cada vez más sangrientos.

 

Campus peligroso

Ha habido cierta resistencia y algunos cuestionamientos a un contrato de la Rectoría de la Universidad Autónoma de Santo Domingo con una compañía privada para aumentar mediante un sistema de cámaras de vídeo y una cuidadosa vigilancia electrónica centralizada y moderna  la vigilancia sobre  el perímetro del campus principal de la Casa de Estudios. Sin embargo parece cierto  que conjuntamente  con el fenómeno de arrabalización que se está dando en el borde mismo de la Ciudad Universitaria, han ido en aumento los casos de agresión sexual a indefensas muchachas. En medio de la confusión de una zona sobrepoblada de estudiantes y profesores, y de extensas áreas mal iluminadas, se explica  que puedan proliferar los intentos de violaciones. Una condición importante para que ello ocurra se asocia claramente a la pobreza de la vigilancia tanto a fuera como adentro, y a que el campus está rodeado de una frontera sobre la que las autoridades municipales no ejercen control sobre uso de espacios  ni sobre la naturaleza de negocios que incluyen cuchitriles. Otras autoridades ambientales, de salubridad y policiales, tendrían también en abandono la aplicación de las leyes  que deben aplicarse sobre actividades de gente dudosa que se podrían estar manifestando en los bordes de la zona universitaria más concurrida del país.

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