Qué se dice
Al pan pan

<p><strong>Qué se dice<br/></strong>Al pan pan</p>

Nadie puede afirmar, sin faltar a la verdad, que el nuevo presidente de la Asociación de Mayoristas de Provisiones de Santiago, José Ceballos, está animado del propósito de dañar la imagen de La Hidalga de los 30 Caballeros por el hecho de hacer de público conocimiento, el mismo día de su toma de posesión, que el comercio de esa ciudad decidió acortar la hora de cierre de sus negocios para resguardarse de los atracos, sobre todo después de la agudización de la crisis en el suministro de energía eléctrica de las últimas semanas.

La decisión de los comerciantes es tan solo un reflejo mas de un problema social de extrema gravedad que las autoridades están obligadas, ciertamente, a enfrentar con todas las armas a su disposición, pero que los santiagueros deben aquilatar en su justa dimensión, con todas sus implicaciones y consecuencias, pues es la única manera -hay que insistir en ello- de enfrentarlo con alguna posibilidad de éxito.

Buena nueva

   La decisión de los veganos de movilizarse hasta lograr que la Procuraduría General de la República desistiera de la idea de rehabilitar la vieja fortaleza de La Concepción para instalar en su lugar una cárcel modelo tendrá, después de todo, una repercusión positiva, pues en lugar de un nuevo recinto serán dos los que se incorporarán al nuevo sistema penitenciario que con tanto afán promueve el gobierno. El doctor Radhamés Jiménez aprovechó un recorrido realizado el fin de semana por el Cibao central para anunciar la buena nueva: el inicio de los trabajos de remodelación de las cárceles de Salcedo y San Francisco de Macorís con parte del presupuesto dispuesto para el fallido centro de La Vega, para lo cual -dijo- ya pidió al equipo técnico del Departamento de Ingeniería y Arquitectura de la Procuraduría un levantamiento de las necesidades y precariedades de esas cárceles. Mientras tanto los veganos, que ya ganaron un primer round pero que no se duermen en sus laureles, se preparan para el segundo, es decir convencer al gobierno de que busque de donde sea los 300 millones que hacen falta para la nueva cárcel, que desde luego se proyecta construir en una comunidad cercana a La Vega pero bien lejos del centro de la ciudad.

Complicidad

   Una de las quejas más frecuentes con las que se tropiezan las autoridades policiales, en sus recorridos por barrios y pueblos del interior del país, tiene que ver con las actuaciones de los agentes de la institución en esos barrios y pueblos, que van desde el arbitrario apresamiento de sus jóvenes en las odiosas redadas para luego cobrar por su libertad hasta la abierta y descarada complicidad con los delincuentes, sea a través del cobro de un peaje para hacerse los desentendidos con sus actividades o brindándoles protección a cambio de una parte del negocio. La jefatura policial ha sido receptiva, en la mayoría de los casos, a esas reiteradas quejas, disponiendo el traslado de dotaciones completas, pero el mal está tan extendido que esas acciones resultan claramente insuficientes. Residentes en la zona norte del Distrito Nacional, en los llamados “barrios calientes”, aprovecharon la presencia de los periodistas en una vigilia en favor de los desalojados para quejarse, nueva vez, de la perversa complicidad entre autoridades y delincuentes, la cara más siniestra del grave problema de seguridad ciudadana al que nos enfrentamos.

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