Qué se dice
Como Pilatos

<p><strong>Qué se dice<br/></strong>Como Pilatos</p>

Entonces quiere decir que los miembros de la Cámara de Cuentas decidieron lavarse las manos, como el tristemente célebre Poncio Pilatos, negándose a opinar sobre la legalidad o ilegalidad del incentivo especial que cobran los jueces titulares de la Junta Central Electoral, en el ojo del huracán desde que la doctora Aura Celeste Fernández se negó a recibirlo, decisión que todo el mundo ha vinculado al hecho de que sus miembros son también beneficiarios de los famosos incentivos, y dicen que mucho más atractivos y jugosos que los que reciben los jueces del tribunal de comicios. Al igual que Pilatos, su controversial decisión les reservará un incómodo lugar en la Historia, particularmente en la historia de la vida institucional dominicana, a la que acaban de ingresar -oportuno es señalarlo- por la puerta trasera. Y así se les recordará.

Esperando un milagro
Monseñor Antonio Camilo ha decidido encomendar a Dios, a su mano milagrosa, la solución a los problemas viales que afectan a las provincias de La Vega, Espaillat y Sánchez Ramírez, evidentemente cansado de esperar por unas obras que nunca llegan, entre ellas la reconstrucción de la carretera Moca-La Vega, y la que comunica a esta última con Rincón, Jima, Angelina, La Mata y Cotuí. Siempre se ha dicho que la fe mueve montañas, pero tal vez no alcanza -con perdón de monseñor Camilo- para las carreteras y caminos vecinales que tantos gobiernos indolentes han sido incapaces de construir. Que conste en acta, de todas maneras, que el obispo de La Vega, harto de predicar en el desierto, prefiere sentarse a esperar un milagro en lugar de seguir tocando las puertas de un gobierno sordo y ciego a las vicisitudes de su grey.

Sin agua
La comunidad de Bayona, en Santo Domingo Este, se está muriendo de sed. Literalmente. Desde hace un mes sus residentes no reciben una sola gota de agua, debido -es lo que les han dicho en la CAASD- a un problema de abastecimiento. La situación, como es fácil suponer, ha provocado serios trastornos al desempeño de sus actividades cotidianas, al extremo de que muchas familias han tenido que dejar de mandar los niños a la escuela porque no tienen uniformes limpios que ponerle. El pasado martes realizaron una protesta, de carácter pacífico, en la intersección de las calles Rogelio Rossell y Telesforo Jaime, en un esfuerzo por llamar la atención de las autoridades, pero nadie les hizo caso. Lo más lejos que han llegado, esas autoridades, es a prometerles el envío, en lo que se resuelve el problema de abastecimiento del sector, de camiones de agua gratis, pero los que hasta ahora han ido en su auxilio distan mucho de esa condición; si ellos no se cantean con 500, 600 y 700 pesos, no les descargan una sola gota del vital líquido. Así las cosas los residentes de Bayona han llegado a pensar que de lo que se trata es de un negocio, bastante bueno por cierto, y que alguien se está lucrando de su desgracia. ¿Ustedes qué creen?

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