Qué se dice
Dudas con la reforma

<p><strong>Qué se dice<br/></strong>Dudas con la reforma</p>

Parecería desde ya que está dejando de ser factible una reforma constitucional como la pretendida por el Presidente Leonel Fernández , la que tendría que ser acogida con una adhesión sin chistar  del Congreso para cumplirse en todos sus aspectos. Hay motivos para pensar que el respaldo del Partido de la Liberación Dominicana a la fórmula de la consulta popular  sin Constituyente no sería suficiente para que los planes del primer mandatario lleguen a feliz término.

Además resultaría problemático políticamente que la aprobación de  una nueva carta magna para regir a esta sociedad se produzca contra la estridencia de voces que expresen el fuerte desacuerdo de sectores nacionales, tanto en el Congreso como en la sociedad civil y en organizaciones políticas minoritarias. Se trata de entidades  que no deberían ser ignoradas y que mantienen el reclamo de que los cambios constitucionales se realicen en el marco de una asamblea constituyente. Aun cuando se persista en transitar el camino hacia una asamblea revisora, no habría  garantías de que los legisladores  así habilitados no modificarán sustancialmente la propuesta que el primer mandatario auspicie y presente como fruto del consenso que se ha buscado a través de una serie de consultas. Sin dudas que muchos congresistas se resistirían a dar una anuencia que parecería la de un sello gomígrafo.

Golpeo a consumidores
Comienzan a aparecer señales ominosas de que el poder adquisitivo del ciudadano promedio, y hasta de sectores  de ingresos mayores, declina deplorablemente, dentro de un fenómeno de debilitamiento de los bolsillos de la gente que se relacionaría con la «eficiencia» en el cobro de impuestos, más las alzas de gravámenes como las que han impedido que los dominicanos se beneficien de las bajas del petróleo en el mercado mundial.  Una revelación elocuente sobre lo que está pasando fue hecha por un alto ejecutivo empresarial del ramo cervecero al afirmar que beberse una cerveza Presidente en Miami sale más barato que en Santo Domingo. Esto fue seguido por  la salida a la luz de otro dato preocupante: en enero el consumo de esa bebida se redujo a nivel nacional en alrededor de un 25%. Alguien que se puso a tomarle el pulso al mercado de automóviles nuevos y usados descubrió  también que las ventas se han reducido en forma parecida. Algunos analistas ya toman como otra mala señal el auge que experimenta  el crédito tomado a través de las tarjetas de crédito  que en República Dominicana es el más caro del mundo. En el país podría estarse produciendo  un peligroso exceso  del endeudamiento a través del dinero plástico y ya en épocas anteriores ha ocurrido que los incumplimientos de pago se han generalizado en perjuicio de la economía como un todo. Aquellas vez en que quebraron casi todas las financieras, una epidemia de  deudores que faltaron a sus compromisos constituyó  un factor importante de la crisis.

Pobreza de nutrientes
La fabricación artesanal de casabe es fuente de empleos en varios sitios del país y vale la pena que alguien se ocupe –como acaba de anunciarse- de introducir teconologías para que los pequeños industriales del ramo reduzcan sus costos, sean más eficientes  y mejoren el  aspecto del producto. Lo único que no debe hacerse es promover demasiado  el consumo de esas tortas en las clases más pobres pues se trata de un comestible que se obtiene después de la severa extracción de almidones y nutrientes solubles de la yuca, un vívere que en su estado integral siempre ha estado  en la  primera línea de preferencia de los dominicanos. La pobreza nutricional del casabe es proverbial y ha generado a través del tiempo, diversas anécdotas que hasta lo difaman, como la versión jocosa que  dice que el casabe alimenta más al que lo mira que al que lo come. La suerte de los fabricantes  es que el casabe seguirá despertando interés en un país en el que, con todo y lo cara que es la vida, existe  el mal de la obesidad y el sobrepeso. El comer casabe  -sobre todo si lleva una buena «compaña»- siempre será una forma entretenida  de pasar hambre para no engordar.

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