Qué se dice
El informe

<p><strong>Qué se dice<br/></strong>El informe</p>

El Departamento de Estado norteamericano acaba de descubrir, como decimos por aquí, la fórmula del agua tibia: República Dominicana se ha convertido en un importante punto de tránsito de las drogas ilegales provenientes de América del Sur con destino a Estados Unidos y Europa.

El informe anual “Estrategia Internacional Contra Narcóticos”, recién salido a la luz pública, señala que en el 2006 se incrementó el contrabando aéreo desde Venezuela hacia nuestro territorio, pero también dice que las organizaciones criminales dominicanas son las principales beneficiarias de ese activo “puente”, que utilizan como centro de operaciones para el traspaso de embarques hacia los mercados norteamericano y europeo.

Es de esperarse que las autoridades norteamericanas actúen en consonancia con los resultados de ese informe, como lo sería ampliando los niveles de asistencia, tanto de recursos como de equipos, a la República Dominicana, si es que realmente desean que nuestro territorio deje de ser utilizado como trampolín de tan nefasto tráfico.

Reelección
Cuando el historiador Diómedes Núñez Polanco, por muchos años secretario personal del profesor Juan Bosch, se atrevió a decir públicamente que el fundador del PLD nunca se opuso, por razones de principios, a la reelección presidencial, la única respuesta que recibió fue el silencio consentidor y cómplice de su partido a pesar de que se trata de una afirmación muy fácil de refutar, pues si algo hizo Bosch, con la vehemencia que caracterizó su intensa vida política, fue oponerse a la reelección y sus perversos efectos sobre la incipiente democracia dominicana, al extremo de rehusarse a legitimarla negándose a participar en las parodias electorales que montaba el doctor Joaquín Balaguer y sus comparsas de ocasión.

Cuando Hipólito Mejía y el PPH se encandilaron con la reelección se escuchó a mas de un perredeísta decir que el doctor José Francisco Peña Gómez, al igual que se dice ahora de Juan Bosch, nunca fue un anti-reeleccionista convencido, sino que lo hizo como respuesta a las coyunturas políticas que le tocó vivir. No es una coincidencia, pues tanto ayer como hoy la reelección y sus corifeos han hecho todo a su alcance, y mucho mas, para justificarla, incluida la reinterpretación acomodaticia del pensamiento de nuestros grandes líderes.

El ex precandidato
El licenciado Luis Campillo, precandidato presidencial reformista “de la diáspora”, como él mismo se definió, acaba de darse cuenta que su carrera política era de muy corta duración; sorpresivamente, por medio de una “decisión unilateral” de la que se enteró por los periódicos, fue sacado de la tómbola de precandidatos del PRSC, donde acompañaba a figuras tan señeras como Quique Antún, Eduardo Estrella y Amable Aristy Castro. El ex precandidato, sin embargo, no piensa dejar las cosas de ese tamaño, pues dice estar dispuesto a reclamar, por la vía legal, lo que entiende es su derecho, para lo cual ya está en consultas con sus abogados. Campillo, por supuesto, no tenía -ni tiene- ninguna posibilidad de alzarse con esa candidatura, mucho menos estando de por medio Eduardo Estrella, ex candidato presidencial y favorito de todas las encuestas, pero como su participación era mas bien simbólica se penso que no habría problemas en dejarlo correr como representante de la minoría, que siempre tiene su espacio reservado en cualquier democracia que se respete. Era demasiado hermoso para ser verdad.

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