Qué se dice
¿Expediente cerrado?

<p><strong>Qué se dice<br/></strong>¿Expediente cerrado?</p>

Es probable que en la Procuraduría General de la República piensen que una vez dado a conocer el informe que ordenó a una comisión especial para determinar las circunstancias en que murió el fiscal adjunto de Sosúa, Puerto Plata, Teódulo Ceballos Peñaló, pueden dar por cerrado el caso, pero hay aspectos de ese informe difíciles de pasar por alto dadas sus implicaciones, como también de ignorar que ocurrieron y porqué ocurrieron.

Uno de esos aspectos tiene que ver con la supuesta doble vida que llevaba el funcionario, que por un lado se presentaba ante la comunidad a la que servía desde el Ministerio Público como un adalid de los derechos ciudadanos, mientras por el otro chantajeaba, extorsionaba y hasta ordenaba el asesinato de personas, lo que los investigadores aseguran haber confirmado a través de distintas fuentes pero que desgraciadamente nunca se llegará a establecer en los tribunales. Fueron esas oscuras actividades, precisamente, las que desataron la persecución que culminó con su muerte a manos de quienes debieron aprehenderle, por lo que se entiende necesario que antes de pasar esa negra página la Procuraduría entere al país de sus alcances y las complicidades que las prohijaron.

Sanciones

  Las autoridades iniciaron durante el largo feriado de fin de año la aplicación de la medida que prohíbe la ingestión de bebidas alcohólicas dentro de los vehículos de motor, que incluye -valga la aclaración- también a los pasajeros, y aunque todavía es demasiado pronto para sacar conclusiones sobre su eficacia ya hay gente por ahí inventando formas de burlar la vigilancia de los agentes de AMET. Mientras tanto por lo menos 15 personas fueron sorprendidas en Santiago violando la disposición, a quienes además de los vehículos se les incautaron las licencias de conducir hasta tanto formalizaran el pago de una multa, que osciló entre los RD$500 y los RD$1,500 dependiendo del tipo de vehículo. Hay que desearle éxitos tanto a la secretaría de Interior y Policía como a la AMET en sus esfuerzos por reducir el número de accidentes fatales producto de la explosiva mezcla de alcohol y gasolina, pero ojalá se encontrara otra forma de sancionar a los infractores que no sea la incautación de vehículos y licencias, que no solo roza peligrosamente la ilegalidad sino que se presta a arbitrariedades y corruptelas.

Servidores públicos

  Los contados ciudadanos y ciudadanas que por una razón u otra salieron temprano a la calle el primero de enero, Día de Año Nuevo, no pudieron ocultar su sorpresa al ver a centenares de empleados del ayuntamiento del Distrito Nacional trabajando como hormiguitas en la recogida de la gran cantidad de basura y desperdicios que dejó la fiesta. Lo que siempre ocurría, desde tiempos ha, era que la Ciudad Primada amanecía, y así permanecía durante varios días, con sus calles repletas de las excrecencias de la inmensa parranda, un espectáculo desagradable que hablaba muy mal del sentido cívico de sus habitantes y mucho peor del sentido de responsabilidad de las autoridades a cargo de su limpieza. Pero tal parece que esas son cosas del pasado, lo que hay que agradecer al síndico Roberto Salcedo y a los empleados del ayuntamiento capitaleño, a quienes en esta ocasión da gusto llamar, merecidamente, servidores públicos.

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