Desde el día de ayer y hasta el primero de enero, por disposición expresa de la secretaría de Interior y Policía, quedaron sin efecto las regulaciones a la venta de bebidas alcohólicas así como las restricciones al horario de los centros de diversión que las expenden.

La decisión de levantar la “Ley Cenicienta”, como la llaman -con evidente sorna- sus críticos más acérrimos, busca permitir que la población, incluidos los miles de “dominicanos ausentes” que nos visitan por estas fechas, disfrute de las fiestas navideñas en completa libertad y sin cortapisas, pero no todo el mundo ve con buenos ojos el que se levante una prohibición que ha demostrado su eficacia para mantener a raya a la delincuencia. El padre Luis Rosario, de la Pastoral Juvenil, ha dejado sentir su queja ante lo que entiende una licencia para el exceso, el desenfreno y el libertinaje, con el agravante de que el pretexto para dar rienda suelta a esos excesos es la celebración de una fiesta cristiana que promueve el amor y el reencuentro de la familia a través de la reconciliación y el perdón.

Barrio seguro

Los que van a disfrutar en grande en estas Navidades serán los residentes en los 48 barrios de la Capital y Santiago de los Caballeros intervenidos por “Barrio Seguro”, a los que la secretaría de Interior y Policía les celebrará esta noche, de manera simultánea, una suculenta cena de Nochebuena, con música y baile incluidos. Cada barrio recibirá 15 cerdos asados, 3,000 libras de arroz, 3,000 libras de habichuelas, casabe y los utensilios en qué servirla. La iniciativa del doctor Franklyn Almeyda hará feliz a mucha gente que veía pasar de largo una fecha tan significativa sin poder honrar, así sea modestamente, la tradición de disfrutar en casa, junto a los suyos, de la cena de Nochebuena. Felicitemos al secretario de Interior y Policía así como a todo el que ha hecho posible esa hermosa iniciativa, con la recomendación expresa de que tengan a mano y bien claras -por aquello de la transparencia- las cuentas de todo lo que se gastó en esa multitudinaria cena de Nochebuena para los miles de beneficiarios de Barrio Seguro.

El librito

Dígase lo que se diga de Luis -El Gallo- Acosta hay que reconocer que el hombre, aparte de su originalidad, tiene también una gran cachaza, como buen alumno que fue del doctor Joaquín Balaguer, bajo cuya sombra se formó políticamente. No obstante la andanada de críticas que ha recibido su anuncio de que el gobierno gastará más de dos millones de pesos en arregarle los moños a miles de mujeres pobres de nuestros barrios, bautizada como “Operación Moño Bonito”, el programa ya arrancó en la provincia de Elías Piña beneficiando a cientos de mujeres, y ayer viernes estaba supuesto a iniciarse en los populosos barrios del Gran Santo Domingo. Cuentan los balaguerólogos que el extinto líder reformista solía recomendar a quienes, desde la silla de alfileres, le pedían consejo ante la disyuntiva de emprender alguna iniciativa que pudiera resultar impopular que hicieran lo que tuvieran que hacer y se olvidaran de las críticas, que tarde o temprano esos críticos se cansan de criticar o la gente de escucharlos. Luis El Gallo ha probado que conoce ese “mandamiento”, en realidad uno de los más populares del librito de gobernar del doctor Balaguer, pero no es el único que lo pone en práctica.