Se quejaba ayer el doctor Roberto Rosario, presidente de la Cámara Administrativa de la Junta Central Electoral, porque miembros de ese tribunal han puesto su ego personal y su “popularidad” por encima de los intereses de la institución al hacer denuncias, que calificó de imprudentes, que erosionan la credibilidad de la institución.

De lo que el doctor Rosario está hablando, como es fácil de imaginar, es del escarceo público provocado por la denuncia de la doctora Aura Celeste Fernández de que el incentivo especial que reciben los miembros del tribunal es ilegal, así como sus críticas al reglamento que instituye el plan de pensiones y jubilaciones, que considera inconstitucional y discriminatorio. ¿Y saben a qué atribuye el doctor Rosario esa situación? A la inversión de valores que, a su juicio, impera en República Dominicana. ¡Cómo se nota que sabe de lo que está hablando!

Marcha atrás

  Hay que volver a repetirlo, aunque al hacerlo haya que pedir excusas por echar mano a un lugar común tan gastado: si se mete la pata y se saca a tiempo, es como si no se hubiese metido nunca. Por eso hay que congratular al gobierno, y muy particularmente al presidente Leonel Fernández, por su decisión de reembolsar RD$804 millones a los ayuntamientos, en pie de guerra desde que el Poder Ejecutivo decidió ignorar la ley que asigna un 10% de los ingresos fiscales consignados en el Presupuesto Nacional a los cabildos. Una reunión celebrada antenoche en el Palacio Nacional, encabezada por el presidente Fernández y en la que también participaron Amable Aristy Castro, presidente de la Liga Municipal Dominicama, y Fausto Ruiz, presidente de la Federación Dominicana de Municipios, sirvió de escenario al anuncio. En total el gobierno asignará este año a los ayuntamientos RD$1,494 millones de pesos adicionales, equivalentes a poco más del 8% de la Ley de Gastos Públicos, que si bien todavía está por debajo de lo que dice la ley, los presentes en esa reunión lo consideran “un gran triunfo”. Felicitamos a los agraciados.

Socios

  Más claro de ahí no podía decirlo el mayor general Radhamés Ramírez Ferreira, presidente de la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD): para combatir con eficacia el narcotráfico hacen falta, además de hombres dispuestos a jugársela, aviones, lanchas rápidas y radares, si se desea contener el intenso trasiego a través de nuestras costas y la frontera con Haití, lo que ha convertido al país en uno de los más importantes “puentes” de la droga que se destina al mercado norteamericano, el mayor del mundo. No hace falta decir, por supuesto, que un país pobre como República Dominicana no puede darse el lujo de disponer de todas esas herramientas de lucha, y probablemente -por el camino que vamos- no los llegue a tener nunca. La solución, entonces, es buscarse un socio que pueda costear todo ese equipamiento y ese socio solo puede ser, por si acaso no lo han adivinado todavía, Estados Unidos, el más interesado, ha de suponerse, en cortar de cuajo esa importante fuente de suministro.