Qué se dice
Jevitos

<p><strong>Qué se dice<br/></strong>Jevitos</p>

La Policía Nacional informó del apresamiento, durante el fin de semana, de ocho jóvenes a los que dice haber sorprendido mientras realizaban competencias automovilísticas en la Avenida de la Salud, en el Mirador Sur, según nota de prensa en la que la institución del orden también da a conocer los nombres y apellidos de los apresados.

La decisión de revelar, con pelos y señales, la identidad de esos jóvenes rompe una tradición de silencio y encubrimiento de nuestras autoridades alrededor de esas competencias y sus protagonistas, los llamados «jevitos» o hijos de papi y mami, que han dejado de ser miradas como una simple travesura de muchachos desde que un joven estudiante de Medicina, con toda la vida por delante, muriera en la avenida 27 de Febrero luego de ser atropellado por uno de dos automóviles que competían a gran velocidad con las luces apagadas. Ojalá que, de ahora en adelante, sea práctica común y ordinaria de la Policía apresar, sin importar su nombre y abolengo social, a los jóvenes que de manera irresponsable utilizan nuestras avenidas para esas competencias.

Falsas expectativas
A pesar de la alharaca mediática que provocó el hallazgo, por parte de la Policía Nacional, de un fusil utilizado en el asalto a Vimenca, ocurrido en 1999 y en el que murieron asesinados tres empleados de la empresa remesadora, la verdad verdadera es que todavía quedan demasiados cabos sueltos como para que pueda afirmarse con propiedad que el caso está a punto de ser resuelto.

Eladio Gabino Guerra, propietario del fusil, será acusado formalmente de haber participado en ese sangriento asalto, pero como bien reconoce un fiscal adjunto de la Procuraduría General de la República no existen pruebas suficientes que permitan iniciar una acción jurídica. La fanfarria en torno al fusil ha creado falsas expectativas sobre la solución de un caso que durante años ha desafiado la capacidad investigativa de nuestras autoridades, expectativas que empiezan a desinflarse en la medida en que también se desinfla el golpe de efecto provocado en la opinión pública por el anuncio de su hallazgo.

Huelgas
Al igual que otras tantas comunidades que se sienten víctimas de la indolencia de los gobiernos Salcedo ha decidido, a partir de hoy, lanzarse a una huelga general, luego de que así lo decidieran organizaciones populares, juntas de vecinos, comerciantes y representantes de la Iglesia Católica, cansados de clamar por soluciones que nunca llegan.

Los huelguistas piden al gobierno la reconstrucción de la carretera Salcedo-Montellano-El Samán, al igual que la que une las comunidades El Rancho-Rancho Arriba-El Muerto, así como la reconexión de una tubería que permita llevar agua potable a la zona alta de la ciudad, entre otras obras. Salcedo sigue, con su huelga, el ejemplo de San Pedro de Macorís y los petromacorisanos, que hace un par de semanas paralizaron todas sus actividades productivas en demanda de una serie de obras de infraestructura, entre ellas la terminación de un acueducto paralizado desde hace décadas. La huelga de San Pedro, que se realizó –vale resaltarlo– sin tirar una sola piedra ni quemar una sola goma, tuvo la virtud de movilizar de inmediato la acción oficial en favor de los huelguistas y sus reclamos. ¿Pasará lo mismo con Salcedo?

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