Qué se dice
Más de lo mismo

<p><strong>Qué se dice<br/></strong>Más de lo mismo</p>

Es lo mismo de todos los años, al igual que el existencial dilema de si habrá o no habrá teleras estas Navidades, pero hay que seguir insistiendo aunque solo sea para revolcarnos en nuestros eternos problemas sin resolver y luego nos pongamos bravos si un embajador metiche comete la impertinencia de estrujárnoslo en la cara.

Varias sociedades médicas especializadas insisten en llover sobre mojando pidiéndole al presidente Fernández que esta temporada navideña prohíba la venta de fuegos artificiales, recordando lo altamente costosas que resultan las dolorosas quemaduras y mutilaciones producto de su utilización, sin dejar de mencionar las secuelas emocionales -mucho más dolorosas- que deja en los afectados y sus familias. Se puede dar por descontado, sin embargo, que la petición de los representantes de esas asociaciones médicas, al igual que peticiones similares de temporadas anteriores, caerán en saco roto, por lo que los fuegos artificiales volverán a venderse como si fueran inofensivos adornos nadideños, y serán los padres los que finalmente carguen con la responsabilidad de impedir que sus hijos se expongan a una lesión que podrían lamentar toda la vida. Y hasta el año que viene, cuando volveremos a empezar otra vez con lo mismo.

Diplomacia atípica

Ya no hace falta probar, cuando casi se marcha del país tras casi cinco años de estancia en República Dominicana, que el embajador norteamericano Hans Hertell es un diplomático atípico, lo que bien puede atribuirse, como él mismo confesara en una entrevista, al hecho de que pasó de ser un exitoso empresario a un diplomático de un día para otro, es decir a la carrera, pero no hay dudas de que también influye en su ese atípico desempeño su temperamento caribe, poco amigo de las formalidades y sus rigores. En su inusual y poco ortodoxo estilo Hertell acaba de recordar a las autoridades dominicanas que si no aplican su voluntad en resolver cuanto antes asuntos todavía pendientes, entre los que citó unos aranceles que Aduanas debe aún definir, el país no estará listo para el ingreso al Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Centroamérica, previsto para el primero de enero del 2007, y lo ha hecho -genio y figura hasta la sepultura- a través del menos diplomático de los canales: las páginas de los periódicos.

Legislación municipal

Una de las grandes debilidades del ayuntamiento del Distrito Nacional es su incapacidad de hacer valer su autoridad, pues carece de los instrumentos legales que le permitan sancionar a quienes violenten las normas municipales o agredan la ciudad y sus espacios. El síndico Roberto Salcedo está empeñado en subsanar esa debilidad congénita propiciando la modificación de la Ley de Organización del Distrito Nacional, a fin de reconocerle a ese cabildo su condición de gobierno de la ciudad y el derecho de establecer sanciones y multas de manera administrativa. Precisamente con ese propósito visitó esta semana la Cámara de Diputados, a donde se hizo acompañar de varios funcionarios municipales, en un esfuerzo por convencer al presidente de ese hemiciclo Julio César Valentín, y con él al resto de sus colegas, de la necesidad de dotar al ayuntamiento capitaleño de una legislación que haga más viable y eficiente su gestión, para el bien de todos los capitaleños y los hijos de sus hijos. Que así sea.

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