Qué se dice
Nerviosismo

<p><strong>Qué se dice<br/></strong>Nerviosismo</p>

Entonces tenemos que los dirigentes de las federaciones de comerciantes que acudieron al Palacio Nacional a discutir las razones detrás de las alzas de precios de artículos de primera necesidad que se han producido desde que empezó a hablarse de la reforma tributaria las atribuyen al nerviosismo que provocó entre sus integrantes ese anuncio, pues desde el principio se habló de aplicarle el Itebis a los productos de la canasta familiar.

Ese “nerviosismo”, sin embargo, desapareció como por arte de magia luego de que conversaran con el secretario Administrativo de la Presidencia, José Miguel Bonetti, tanto así que al salir del despacho del funcionario proclamaron que “todo volverá a la normalidad” tras recibir seguridades de que los productos de la canasta básica serán excluidos del paquete impositivo que se enviará al Congreso Nacional, y hasta se atrevieron a prometer una “estabilización” (estabilizar, vale recordarlo, no es sinónimo de bajar) de los precios. Desde luego, que a nadie se le ocurra proponer a esos comerciantes, recuperada ya su tranquilidad, que las ganancias que dejó ese “nerviosismo” sea devuelta, de alguna manera, a sus esquilmados clientes, o que las donen en favor de una causa de interés nacional o una obra de bien social. Sería esperar demasiado de su nobleza.

Frustración

 Ha prometido el jefe del Cuerpo de Bomberos del Distrito Nacional, el general Guillermo García, que será drástico con los dueños de negocios que no se acojan a las normas de seguridad establecidas por las autoridades, al hacer pública su frustración porque uno solo de los 278 negocios a los que se concedió un plazo de tres meses para que se pusieran al día con esas normas cumplió satisfactoriamente. La tragedia de la discoteca Jazzys, donde murieron asfixiadas nueve personas tras desatarse un incendio en su interior, ha puesto al día de manera particularmente dramática un problema al que, por sus dimensiones, resulta difícil plantarle cara, pues por más enérgicas que quieran ser las autoridades no se atreverán a cerrar todos esos establecimientos si, como manda la ley, insisten en seguir operando sin ofrecer la seguridad debida a sus clientes. A menos, claro está, que el general Guillermo García demuestre lo contrario.

En la cresta de la ola

 Doña Milagros Ortíz Bosch, precandidata presidencial del PRD, se acaba de definir como una mujer de izquierda, abanderada de los pobres y sus causas, con lo que se coloca en la cresta de la ola izquierdista que poco a poco gana terreno entre los gobiernos del continente latinoamericano. Invitada por la Unión de Abogados con Milagros para que pronuncie el discurso central del acto de respaldo a su candidatura, la ex Vicepresidenta y ex Secretaria de Educación dibujó las líneas maestras de lo que sería un gobierno encabezado por ella, prometió gobernar apegada a la ética y los principios democráticos, y proclamó que lo que el país necesita es que lo gobiernen con imaginación y sentido de compromiso con el pueblo. Sin querer queriendo doña Milagros definió así los nichos políticos donde le gustaría posicionarse y consolidarse, con lo que se pondría a tono con las fuerzas en boga más allá de nuestras insulares fronteras: la emergencia de la izquierda latinoamericana y el creciente protagonismo de las mujeres en las lides del poder mundial.

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