El Canciller Carlos Morales Troncoso cree que los organismos de seguridad del Estado se han quedado cortos al estimar en alrededor de un millón los ciudadanos haitianos que han conseguido regularizar su permanencia en el país a través de  la obtención, de manera fraudulenta, de una cédula de identidad y electoral, pero dijo estar confiado en que el buen trabajo que viene realizando la Junta Central Electoral, sobre todo a nivel de supervisión y un mayor control sobre las oficialías del estado civil, pondrá fin a esa invasión silenciosa, sistemática y definitivamente contraproducente para las esencias mismas de la nacionalidad dominicana.

Qué hacer, mientras se afinan los mecanismos que contengan esa sigilosa invasión, con ese millón de haitianos o muchos más, como cree Morales Troncoso, que andan por ahí amparados en una nacionalidad usurpada por medios ilegítimos, es la respuesta que todos quisiéramos oír. Y con urgencia.

¿La vencida?
Parece que esta vez será la vencida y por fin se producirá la anhelada unificación de las instituciones que tienen que ver con el transporte, una recomendación que figura en todos los estudios realizados en el país en los últimos años, gracias a un anteproyecto de ley elaborado por técnicos de la Organización Para el Reordenamiento del Transporte (OPRET) que dirige el ingeniero Diandino Peña. Germán Peña Guadalupe, Director de la Oficina Técnica de Transporte Terrestre (OTTT), explica que el anteproyecto ya está en manos del presidente Fernández, quien probablemente lo presente al país el próximo 27 de Febrero, y que ya recibió también el visto bueno de los transportistas, lo que de por sí constituye una excelente noticia. Esperemos que, en esta oportunidad, sea verdad tanta belleza, y que de una vez por todas empecemos a poner las cosas en orden en materia de transporte de pasajeros.

La queja de Alejandrina
Hacía tiempo que no se escuchaba una queja tan dolida de nuestro sistema de justicia como la que acaba de externar doña Alejandrina Germán, secretaria de Educación, quien lamenta que se deje sin sanción actos de corrupción que han sido debidamente avalados con las pruebas correspondientes, con lo que se está contribuyendo al deterioro moral de la sociedad dominicana. Doña Alejandrina, que nunca ha tenido pelos en la lengua para llamar pan al pan y vino al vino, citó dos casos muy concretos para ilustrar sus afirmaciones: el robo de 3,000 pupitres descubiertos en un almacén en Santiago, y el caso de una ex funcionaria de Educación acusada de la sustracción de numerosos materiales y útiles escolares y posteriormente descargada de toda responsabilidad por alegados problemas “sicológicos”. Los responsables de esos hechos, según la funcionaria, se pasean por nuestras calles como si nada hubieran hecho y por tanto de nada tuvieran que arrepentirse, convirtiéndose en vivos ejemplos de la impunidad y la creciente pérdida de valores éticos y morales que corroen los cimientos de la sociedad dominicana. Palabras han habido, doctor Subero.