Por algún motivo, todavía no determinado, se han recrudecido los hechos de violencia en los primeros días del año, a pesar de que el jefe de la Policía Nacional, por razones que es fácil entender, quiere tapar el sol con un dedo negándolo. La gran cantidad de hechos de violencia que abruman las páginas de los periódicos, sobre todo los relacionados con el narcotráfico y el consumo de drogas, obligan a la ciudadanía., al igual que a la opinión pública, a fijar su atención en Barrio Seguro, el programa de seguridad ciudadana que se ejecuta en Santo Domingo y Santiago y del que hace tan poco tiempo nos sentíamos tan satisfechos porque había devuelto, en gran medida, la seguridad a nuestros barrios.

¿Se ha bajado la guardia en su aplicación o simplemente ese programa resulta insuficiente para el empuje de una criminalidad que nos ha desbordado? El anuncio de las autoridades de que Barrio Seguro será reforzado en aquellos puntos donde se ha detectado una mayor incidencia de las acciones delictivas no deja lugar a dudas sobre la firmeza de su decisión de hacerle frente al problema, pero ni esas autoridades ni el resto de la sociedad deben olvidar que la primera lección que aprendimos cuando empezamos a reflexionar sobre esas acciones delictivas, su incontenible empuje y lo mal preparados que estamos para hacerles frente, es que se trata tan solo del síntoma, no de la enfermedad.

Pensionados
Nadie puede estar de acuerdo ni simpatizar con los pensionados de las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional que ayer en la mañana provocaron un gigantesco entaponamiento al impedir con obstáculos y neumáticos encendidos la circulación de vehículos por las avenidas V Centenario, Jhon F. Kennedy y San Martín, pero la magnitud del caos desatado por la protesta ha conseguido llamar la atención sobre el drama de los veteranos. Resulta y viene a ser que los pensionados, al igual que el resto de servidores del Estado, han sido integrados al sistema de pago con tarjeta, modalidad que ciertamente contribuye a mejorar los niveles de control administrativo y supone un gran ahorro para el gobierno, pero en el caso de los pensionados .ha devenido en un problema, pues una gran cantidad de ellos -las autoridades calculan que todavía hay 7 mil sin tarjeta- aún no ha podido, a causa de sus limitaciones fisicas o del engorroso papeleo que hay que formalizar, dotarse del documento. Alguna vuelta habrá que buscarle, sin embargo, a ese drama triste y penoso, sobre todo para ahorrarle molestias y humillaciones a gente que, precisamente por su condición, debería resultarle menos trabajoso y humillante cobrar los chelitos de su modesta pensión.

Simplismo
Es demasiado apresurado, además de simplista, concluir que la convención que eligió al ingeniero Miguel Vargas Maldonado candidato presidencial supone el réquiem para buena parte del liderazgo tradicional del PRD, el que ha luchado todas y cada una de las batallas libradas por esa organización en el proceso de construcción de la democracia dominicana, encarnado por Milagros Ortíz Bosch, Fello Suberví, Virgilio Bello Rosa y muchos otros que, junto a ellos, enarbolaron una bandera y unos principios que, como propuesta política, fue mayoritariamente desoída por sus compañeros de partido. Desde luego, tanto doña Milagros como el resto de los unitarios deberán, llegado el momento, sacar sus propias lecciones de esa derrota y tomar las decisiones pertinentes, incluído un digno y honroso retiro de las lides partidarias y políticas.