Qué se dice
Ver para creer

<p><strong>Qué se dice<br/></strong>Ver para creer</p>

La ventaja de esperar lo peor es que, al final de cuentas, las cosas nunca resultan tan malas como se esperaban. Un tonto consuelo, sin duda, cuando todavía es demasiado pronto para cantar victoria por el contenido de un discurso que si bien evitó tocar los puntos más conflictivos de la cacareada rectificación fiscal al no cargar con el Itebis los productos de la canasta familiar y desistir de gravar con un impuesto las habitaciones hoteleras, deja pendientes demasiadas incógnitas por despejar, por lo menos hasta que no se conozcan sus detalles cuando la pieza llegue al Congreso Nacional.

En cuanto al plan de austeridad anunciado por el presidente Fernández, que abarca desde la congelación de la nómina pública hasta la reducción de los salarios de los funcionarios, empezando por el del propio mandatario, habrá que asumir la actitud de Santo Tomás, ver para creer, pues resulta difícil imaginarse a muchos de nuestros servidores siendo sobrios y austeros en sus gastos o absteniéndose de caravanear en sus yipetas oficiales, mucho menos en medio de una lucha intrapardidaria que por lo que se ve va a consumir muchas energías y recursos.

Terrorismo

 Las huelgas y protestas de los transportistas, sea en disputa con otros transportistas por alguna ruta o en reclamo de “justas reivindicaciones sociales”, evolucionan peligrosamente hacia lo que puede llamarse, con toda propiedad, terrorismo urbano, con el agravante de que el factor sorpresa conque ahora se realizan, en horas pico y en las calles y avenidas de más alto tráfico, multiplica por dos el caos que siempre desencadenan. Lo peor del caso es que la principal víctima de esas sorpresivas protestas, el ciudadano común y corriente, nada puede hacer frente a esos desmanes, pero tampoco el gobierno, por miedo -según dicen- a alborotar un peligroso avispero, pues los transportistas y sindicatos han demostrado hasta la saciedad su capacidad para alterar el orden público y trastornar la vida económica y productiva de la nación. Habrá quienes piensen que eso no será para siempre, que algún día habrá un gobierno con los suficientes pantalones para meter en cintura a “los dueños del país”, pero en lo que se produce ese esperado milagro que nadie se extrañe si muchos ojos fijan su atención en la candidatura del retirado general Pedro de Jesús Candelier.

Cría cuervos…

  El fogoso Luis Inchausti ya descolla como uno de los más fervorosos promotores de la reelección del presidente Fernández, y en esos afanes se le ve muy activo y beligerante haciendo honor a su temperamento, entre cuyas virtudes no figura, valga la aclaración, la ecuanimidad a la hora de emitir sus juicios y opiniones políticas. Precisamente por eso puede considerarse a Inchausti como una de las más ilustrativas expresiones del tono y la temperatura que va tomando la lucha interna peledeísta, pues ayer llamó malagradecidos y “cuervos ingratos” a Danilo Medina y su gente. ¿Y saben por qué? Por que según el artífice del famoso Peme el presidente Fernández le entregó al renunciante secretario de la Presidencia y sus seguidores todas las instituciones del Estado, donde se sirvieron a su gusto de los más apetitosos cargos, para finalmente virarse contra su benefactor. Palabras han habido…

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