Que a partir de ahora reine el espíritu navideño

Que a partir de ahora reine el espíritu navideño

Teófilo Quico Tabar

Estoy convencido de que el país necesita, sobre todo en este período en el que se inician las festividades navideñas, un respiro positivo en todos los sectores, empezando por los que realizan actividades políticas. Y lo digo porque muchos olvidan las grandes enseñanzas de que “no por mucho madrugar amanece más temprano”. Ni para los que están en la oposición ni tampoco para los que forman parte del partido de gobierno o el tren gubernamental.

Aunque algunos sostienen que todo el país está politizado o partidarizado, entiendo, sin embargo, que tal afirmación es errónea. La auténtica mayoría del país está al margen de los partidos. Y todos juntos quieren vivir en paz y lograr mejoría, sin perder lo que hasta el momento se ha logrado. Porque si bien mucha gente le presta atención a determinadas actividades políticas o siguen las informaciones que se difunden por vía de las redes, más que otra cosa lo hacen para estar al día o como entretenimiento. Por eso afirmo que los que participan de las actividades partidarias o grupales representan las minorías.

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Lamentablemente, una buena parte de los políticos en nuestro país, al día siguiente de las elecciones inician campañas o actividades y mueven sus adeptos. Pero se confunden al entender que todo el país está pendiente de ellos. Olvidan no solo lo que expresé anteriormente sobre madrugar y amanecer más temprano, sino que, sin descanso y planificación, la mayoría de las veces terminan agotándose en el esfuerzo.

Es por ello que invito a todos a propiciar un período navideño dentro del espíritu cristiano. Con mesura, ambiente solidario, humanista y fraternal. Dejar de lado, durante estos meses, las actividades promocionales o grupales, sin exceptuar en este llamado a los que ocupan posiciones gubernamentales.

Porque aunque algunos no lo quieran admitir, somos un país, nación o sociedad con raíces profundamente cristianas. Y porque en Navidad lo que festejamos es el nacimiento del Niño Jesús, el hijo de Dios. Y Jesús, entre las muchas cosas que nos enseñó, hay dos que fueron fundamentales: El amor y el perdón. Y no se puede amar odiando, ni se puede perdonar sin amor. En tal virtud, en estos meses -comenzando ya- deberíamos propiciar un ambiente de confraternidad humana: Gobierno, independientes y oposición.

Un período en el que cada sector actúe de acuerdo a sus responsabilidades y sin abandonar su misión, pero dentro de un ambiente de convivencia. Teniendo presentes en todo momento que en las navidades resplandecen las felicitaciones y los deseos de paz y prosperidad para todos.

No estoy solicitándole a la oposición o a los independientes que aplaudan todo lo que hace el Gobierno. Tampoco le estoy sugiriendo al Gobierno que aplauda o acepte todo lo que provenga de esos sectores, no. Lo que deseo es que, partiendo del concepto cristiano, individualmente y en conjunto, actuemos teniendo en cuenta los principios de amor, paz y prosperidad. Abandonar todo lo que no conduzca a las buenas prácticas y conductas. Eso es lo que propongo.

Prepararnos desde ahora para que durante las navidades, en las que celebramos un año más del nacimiento de Jesús, podamos actuar imbuidos por su gracia y su bendición. Y que el Espíritu Santo guíe a todos los dominicanos.

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