Si el profesor Juan Bosch, hubiese sido electo presidente en 1996, no estuviera aconteciendo lo que ocurre en la frontera, donde los extranjeros entran al territorio nacional sin pasaportes y sin la visa correspondiente. Como presidente hubiese mandado tanques de guerra como hizo en 1963, para impedir el desastre migratorio que perjudica al pueblo dominicano. ¿Por qué las autoridades se hacen cómplices de esta trama anti-dominicana, dando a entender que tienen miedo?

El pacto siniestro de realizar la conjura de la fusión de la isla, que se viene denunciando hace décadas, situación que se comprueba y mueve a suspicacia, por el hecho de dejar abierta la frontera para que todo el que quiera entre al país. Como la orden de no deportar a los ilegales indocumentados. Debido a esta anarquía o caos migratorio, es lo que permite a los enemigos de la República mantener una campaña de diatribas en contra de la nación. Se pretende celebrar un plan de regularización, que va a perjudicar al pobre trabajador dominicano, situación que aumenta el desempleo la causa principal de la delincuencia.

Tenemos la Ley de migración para exigir documentos de viaje y autoridades para deportar al indocumentado. ¿Cuál es el acuerdo secreto que se oculta para no cumplir con la Constitución y las leyes? ¿Cómo es que los gobiernos del PLD, PRD, y PLD desde 1996, se han comportado como desentendidos, temerosos de enfrentar una situación real, evidente, que crece en contra de la soberanía de nuestro pueblo libre e independiente?

¿Cuál es el acuerdo secreto anti-dominicano, que ha impedido corregir la anarquía migratoria? ¿Qué impide que no se haga cumplir la ley que establece la facultad de deportar al ilegal, sin documentos? ¿Qué patraña se acordó que permite cruzar la frontera sin documentos? Entiendan que por aplicar la ley no se violan los derechos humanos.

El pueblo dominicano si es necesario, como en muchas ocasiones, está listo para acudir a las trincheras del honor.

Cuide su prestigio señor Presidente, ganado en sus ejecutorias, no permita que se siga mancillando la dignidad de la nación dominicana.

Debemos con honor unirnos, defendiendo patrióticamente nuestro gentilicio de dominicanos, ganado en cruentas batallas en la guerra de independencia y en la restauración, que nadie puede borrar. Mantengámonos con firmeza con nuestro poder legal, moral y la verdad, en estos momentos en que los enemigos conspiran contra la Patria.