Qué bueno es así

Qué bueno es así

Un refrán muy popular dice “el que escupe para arriba en la cara le cae”. Durante siete años el gobierno del PLD ha culpado de la crisis bancaria del 2003 al Gobierno del PRD. Hasta Daniel Toribio usó ese argumento para justificar el paquetazo tributario.

Insistieron tanto con eso, que la idea penetró en la mente de mucha gente, por lo que ha costado tiempo y sacrificios, una crisis financiera mundial, rescates bancarios en 40 países, juicios y condenas en el ámbito local, declaraciones públicas de la banca dominicana y publicaciones del Banco Mundial, del BID, la Unión Europea, etc., etc., etc. a fin de que la verdad aflorara y esa percepción cambiara radicalmente.   

Pero los peledeístas se mofaron, se burlaron, inculparon y hasta procesan a funcionarios del pasado Gobierno del PRD por las medidas adoptadas durante la crisis, mientras los que cumplen condenadas por esos hechos son considerados por la DPCA y el Ministerio Público, héroes injustamente encarcelados. 

Y esto no es invento mío ya que lo escucho con frecuencia en los tribunales en boca de los propios fiscales contra la corrupción. Dicen cosas de nosotros que jamás dijeron de los banqueros en los juicios de Baninter, Bancrédito y Mercantil. Solo basta ver y leer la barbaridad del sobreseimiento del juicio de Bancrédito para entender de lo que hablamos.

Este compromiso del PLD con el fraude bancario llegó tan lejos que se aliaron a los responsables de esas crisis para conseguir apoyo financiero y mediático en su campaña proselitista para llegar al poder en el 2004. A cambio, le ofrecieron concesiones que no pudieron cumplir, gracias a los abogados contratados por el Banco Central y a la presión internacional para que la justicia actuara con independencia y firmeza.

Si por este gobierno fuera, los responsables de esos fraudes estuvieran gozando de libertad, reputación y poder.

Ahora resulta que el Presidente Fernández culpa a los Estados Unidos y Europa de la crisis dominicana. Qué bueno es así. Y en parte tienen razón, aunque si hubiera tomado las previsiones adecuadas, cauterizando el gasto público y eliminando el despilfarro y el clientelismo para perpetuarse en el poder, no tuviéramos que estar nuevamente amarrados con el FMI y mucho menos explotando al pueblo con más impuestos.

El país sufre una profunda crisis económica que ha sido minimizada desde hace años. Eso explica que en siete años de gobierno del PLD, se hayan realizado ocho ajustes a la tarifa eléctrica y cinco reformas tributarias. 

Con un dólar anclado a pura fuerza para hundir la competitividad y exaltar el consumismo de bienes importados, hemos tenido que financiar ese destructivo modelo económico con un endeudamiento que ya supera los US$23 mil millones, de los cuales el 70% ha sido concertado por este gobierno. Por su parte, el déficit fiscal entre el 2008-2010 fue de RD$180 mil millones (sin incluir avalas y deudas con contratistas y suplidores) y el déficit externo cerca del 9% del PIB. 

La crisis bancaria que explotó en el 2003, se originó 12 años antes por la ausencia de una supervisión y regulación adecuada y fue el producto de la corrupción privada, donde no faltaron personajes enquistados en el poder que protegieron a los responsables e hicieron su fortuna con ello.  

La de ahora es una crisis fiscal debido a las malas políticas públicas, que no previeron las consecuencias de la crisis financiera mundial, ni tomaron las medidas para protegernos de sus efectos devastadores.

No vamos a escupir para arriba, pero es doloroso oír esas declaraciones presidenciales después de tanto veneno.

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