Qué bueno: resurge Miriam Cruz

Qué bueno: resurge Miriam Cruz

POR MANUEL EDUARDO SOTO
Para nadie es un secreto que el éxito de las mujeres en la música es tan efímero como su atractivo físico. Hacer un listado para probar esto no viene al caso, hay nombres a granel. Pero la excepción de esta regla empírica es Miriam Cruz, la bella, sensual y diminuta cantante que fue y sigue siendo el símbolo de las Chicas del Can.

Recientemente dejó de lado los pañales y los biberones para iniciar una nueva etapa en su larga y exitosa carrera, protagonizando el musical “Evita” en el Teatro Nacional, un papel que demuestra claramente lo que queremos demostrar: su versatilidad y altísima calidad como artista.

Aunque los dominicanos se mostraron un poco reacios a repletar el teatro con este musical que ha batido récords a nivel mundial desde que comenzó en Broadway en la década de 1980 con Patti Lupone en el papel principal y fue llevado al cine nada menos que por Madonna, y al teatro en español por la sempiterna Paloma San Basilio, los promotores quieren darle una nueva oportunidad presentándolo pronto de nuevo en el Teatro Nacional.

Pero con público o sin público, las críticas de la exigente prensa dominicana no han escatimado elogios para Miriam, quien demostró que a pesar de lo enorme del personaje, pudo desenvolverse bien en el papel de Eva María Duarte de Perón, la esposa del presidente argentino Juan Domingo Perón que fue el poder tras el poder durante su gobierno a fines de los años 40 y principios de los 50.

Mirando hacia atrás, la verdad es que ha sido extenso el camino recorrido por esta atractiva y escultural chica dominicana que imprimió sensualidad y belleza como rostro de las Chicas del Can, grupo creado por Wilfrido Vargas y bautizado con ese nombre por el ingenioso Yaqui Núñez del Risco.

Wilfrido tomó a Miriam bajo su tutela cuando ella tenía apenas 14 años y la fue puliendo hasta convertirla en una excelente cantante y en un símbolo sexual que despertaba sueños en todos los hombres. El siempre estaba buscando temas que se adecuaran a esta agrupación femenina que marcó época en el merengue.

Por esas casualidades de la vida, fuimos testigos de primera mano cuando descubrió “Las pequeñas cosas”, una balada que popularizó la argentina Amanda Miguel y que pasó a ser uno de los mayores éxitos de las Chicán.

Yo estaba entrevistando a Wilfrido a fines de la década del 80 en la oficina del promotor Angelo Medina (quien dirigió la carrera de Ricky Martin antes de terminar en los tribunales exigiendo millones de dólares por la terminación del contrato) en San Juan, Puerto Rico.

Wilfrido debía actuar ese día en un espectáculo en el que también estaba invitado el español Chiquetete, autor e intérprete de “Volveré”, que en ese momento dominaba la programación de las radios en la versión en merengue que cantaba Rubby Pérez con la orquesta del maestro originario de Altamira.

Súbitamente, Wilfrido se levantó y corrió a una sala contigua donde en la radio se escuchaba la versión de Amanda Miguel de “Las pequeñas cosas”.

“Tómame los datos de esa canción”, le pidió Wilfrido a una asistente de Medina. “Quiero que la graben las Chicas del Can”. Y en merengue sonó mejor aún que en su forma original, gracias al genio del músico dominicano.

Luego fuimos siguiendo la carrera de Miriam frente a las Chicán, acompañándola en Miami Beach incluso a la filmación de un vídeo junto a unos musculosos modelos venezolanos. De ahí en adelante desarrollamos una linda amistad, compartiendo en Casa de Campo, en su casa y en el restaurante Enriquillo (en la foto), hasta que se casó, fue madre y desapareció de la vista pública para criar a su bebé.

Pero ahora podemos seguir disfrutando de su talento como estrella de un supermusical y bailando al ritmo de canciones como “Pepe”, “Juana, la cubana”y “Te lo doy”, entre muchos de sus éxitos.

“No llores por mí, Argentina”.

*El autor es periodista chileno, de larga trayectoria internacional, desde hace poco residente en el país.

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