¿Qué cuesta cumplir la ley?

¿Qué cuesta cumplir la ley?

El 17 de diciembre del 1995, el doctor Joaquín Balaguer, a la sazón  Presidente de la República, promulgó la ley 17-95, que introdujo importantes modificaciones a la ley 50-88, sobre drogas y sustancias controladas. Aparte de definir conceptos relacionados con el lavado de activos, la ley 17-95, en su Artículo 6, que modifica el Artículo 80 de la 50-88, ordena que los fondos provenientes del narcotráfico los  administre el  Consejo Nacional de Drogas (CND), que los distribuirá así: 15% para entidades de regeneración de  adictos;   15% a la Secretaría de Deportes;  40% a la DNCD;  20% al CND y  10% al Patronato Nacional de Ayuda a los Cuerpos de Bomberos.

Ahora el procurador general de la República, doctor Radhamés Jiménez Peña, decide por resolución que la dependencia a su cargo  administrará los bienes decomisados a Quirino Ernesto Paulino Castillo, y excluye de entre los beneficiarios a todos los favorecidos por la ley 17-95. Su  decisión se basa, según alega, en que los bienes fueron cedidos al Estado dominicano en base a un acuerdo con la Fiscalía de Nueva York y no decomisados en base a la ley de lavado de activos. Olvidó que esos bienes fueron primariamente incautados en la República Dominicana en base a la ley local que define con claridad absoluta la forma de distribución de esos bienes, y no en base a ninguna ley de Nueva York. ¿Tiene asidero  jurídico esta exclusión?

Ciegos por falta de visión

La falta de visión de nuestras autoridades para prevenir enfermedades de la visión es la principal responsable de que un 47.5% de los  30,000 invidentes que hay en el país haya quedado en ese estado por cataratas, un enfermedad corregible. Se trata de datos obtenidos por la Encuesta Nacional de Ciegos y dados a conocer por los doctores Juan Batlle, de la Comisión Nacional de Prevención de la Ceguera, y Cristina Nogueira, de la Organización Panamericana de la Salud.

Ahora hablamos de un plan nacional para prevenir la ceguera, a pesar de que hemos tratado con desdén ofertas de países como Cuba para llevar a cabo aquí “Operación Milagro”, un programa de corrección quirúrgica de problemas visuales. No se tiene cuenta de cuál ha sido nuestra respuesta a ofertas en ese ámbito. Lo que sí está claro es que la culpa de que muchos queden ciegos se debe a la falta de visión de quienes dirigen la salubridad.

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