La escuela de publicidad de la Universidad Autónoma de Santo Domingo tiene el mismo privilegio que la UASD en el país: el de ser la primera que se instauró en la República. Pero, cuando las otras universidades empezaron a abrir sus áreas publicitarias, la de la UASD quedó atrás. Porque había sido concebida en una época en que se consideraba a la publicidad como un arte, más que como una carrera comercial.

Tan de forma artística fue concebida que los estudiantes que no tuvieran buenas manos para el dibujo, la pintura, la escultura y otras áreas de las artes plásticas, no les iba bien en la carrera, e incluso conocí muchos casos de jóvenes que se vieron obligados abandonarla por ese motivo. Los profesores eran casi todos pintores o escultores de profesión y vocación. O periodistas. Algunos habían pasado por publicitarias como ilustradores o dibujantes.

Una persona cuyo interés en la publicidad fuera ser creativo textual, copywriter o escritor de anuncios, no podría estudiar allí. Tampoco si deseaba ser ejecutivo de cuentas o estratega de servicio al cliente, y mucho menos si deseaba ser planificador o planificadora de medios. Y jamás si deseaba ser productor de comerciales de televisión, hacerse fotógrafo publicitario o experto en producción de radio.

A la escuela de la UASD le siguió la de diseño de Altos de Chavón, cuya inclinación, aunque con un enfoque más moderno por a sus vínculos internacionales con la prestigiosa institución de diseño de Parsons, de Estados Unidos.

Estas limitaciones de ambas, fueron superadas por las de APEC, UNIBE, UCSD, UNPHU y otras. Porque fueron diseñadas a partir de la posteriormente establecida idea de que la publicidad no es un arte, sino una técnica comunicacional, una herramienta del marketing que busca dar una imagen a los productos, servicios y corporaciones a los que éste sirve. De modo que se estableció que un estudiante de publicidad puede escoger entre: creatividad, diseño gráfico, ilustración, ejecutivo de cuentas, planificador de medios, gerencia, administración y otras ramas del trabajo publicitario.

Todo esto fue producto de la revolución del marketing que empezara a mediados de los 60 en Europa y los Estados Unidos, y que llegara a los países de Latinoamérica en los 70, y a nuestro país a principios de los 80. Muy positivo es este salto, porque ha situado a la publicidad en su justo lugar y valía, ha elevado su imagen como profesión, y ampliado la visión de su servicio.

Uno de los factores básicos que contribuyó a ese avance de la enseñanza de la publicidad en nuestras universidades fue la integración plena de profesionales que laboraban a la sazón en las agencias, de modo que sus conocimientos estaban vivos y actualizados, y tenían el asidero práctico que no tenían muchos profesores de la vieja escuela de la UASD, muchos de los cuales nunca en sus vidas habían estado en una publicitaria. Y además, para muchos de ellos la publicidad no era más que un medio más de la burguesía engatuzar al pueblo para hacerlo consumir sus productos, en base a sus supuestas mentiras, lavado de cerebro, etc.

Esos profesores que venían de las publicitarias, muchos de ellos, sin títulos universitarios, pues se habían hecho al fragor de la práctica diaria y las lecturas autodidactas, produjeron la primera generación de graduados en publicidad con una visión moderna y modernizante de la misma.

Pero ha pasado mucho tiempo desde aquellos viejos años 80. )Qué ha ocurrido, mientras tanto en la escuela de publicidad de la UASD y en las demás? Lo veremos en la próxima entrega.