¡Qué despierten las provincias!

¡Qué despierten las provincias!

Las provincias hacen bien en resaltar sus valores y condiciones a través de ferias y otros eventos similares. Este despertar se nota en los últimos dos o tres años, cada vez con más empuje y empeño. Es posible que la iniciativa y entusiasmo del senador de Monte Plata, don Charlie Mariotti haya tenido que ver con este dinamismo. O el esfuerzo persistente y eficaz de las provincias Espaillat y Santiago con sus asociaciones pro desarrollo. El liderazgo social, económico, cívico y religioso de las provincias debe tomar conciencia de que a nadie importa más una provincia que a sus habitantes. República Dominicana ha sido, tradicionalmente, una sociedad de recursos centralizados en la Capital de la República. Podría afirmarse, sin exageración, que las provincias consiguen “algo” de lo que sobra. Por supuesto, en ocasiones ha habido excepciones. Las asignaciones del Presupuesto Nacional es la mejor evidencia de lo que afirmamos. Este fenómeno ha provocado la gran asimetría que exhiben las provincias dominicanas en la repartición o distribución del fruto del crecimiento económico de los últimos 50 y pico de años. Pero ya es tiempo de ponerle un punto final a este comportamiento y dar un giro en sentido contrario. Las provincias, que hospedan cerca del 85% de la población, necesitan levantarse y empujar su carreta. Las ferias y eventos similares son formas de decir aquí estamos nosotras, estas son nuestras riquezas y nuestros valores, esta es nuestra producción, este es nuestro arte, estos son nuestros héroes del pasado y del presente.
Cada provincia necesita hablar de sí ante la opinión pública y ante el Gobierno. Que no espere que vengan de fuera a hacerlo, porque a nadie le interesa más la provincia que a los provincianos que la habitan o que a distancia la añoran. Aquí radica el valor de las asociaciones para el desarrollo provincial. Por eso exhortamos a ciudadanos y ciudadanas distinguidos, sensibles, con historia de servicio, preocupados por el presente y el futuro de su respectiva jurisdicción a que formen grupos de desarrollo, asociaciones o círculos, para identificar sus necesidades y salir a reclamar las soluciones. Personas que no anden detrás de los panes y los peces y cuyo interés esté más centrado en el desarrollo y progreso de su provincia que en los colores de los partidos políticos.

 

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