La aproximación teórica para impulsar el proyecto Agenda de Cultura para el Desarrollo (ACD), formulado en Santiago, fue que hablar de “cultura para el desarrollo” no es sinónimo de “desarrollo cultural”, menos de “desarrollar la cultura”, tampoco “llevar cultura a los pobres”, y jamás “colocar un momento cultural en eventos”. Como subrayan Yunén y Abello, cultura para el desarrollo es valorar la cultura como recurso y vía, una auténtica “savia del desarrollo”.

Para el Centro León, el Consejo Estratégico y los más de 250 grupos participantes, “cultura para el desarrollo”, armoniza el continente histórico-vivencial que se expresa en el Ser, el Estar y el Hacer de los seres humanos y se concreta en sus diversos modos de vida, y lo vincula al desarrollo concebido por Amartya Sen que expresa la acumulación de capacidades y funcionalidades para habitar un territorio con calidad de vida.

Enfocamos “cultura” como mixtura de convivencias, costumbres, tradiciones, imaginarios, sistemas de valores y prácticas simbólicas, generadas colectiva o individualmente.

La ACD formula por primera vez en Centroamérica y el Caribe, la visión conjunta, las estrategias y 25 proyectos para evidenciar que los pueblos tienen cultura y que la cultura es consustancial a la evolución humana. Igualmente consensuamos la crítica a los que pretenden “llevar cultura a los pobres”, pues sabemos que la cultura no se lleva, ni se trae a ningún lugar, sino que existe, se concreta y evidencia en el mismo modo de vivir de la gente.

También nos apartamos de la noción que intenta denominar “culto” a la excelencia creativa del ser humano. Por igual, estamos lejos del propósito de que la agenda cultural es para fomentar solamente un llamado “momento cultural alegre” en fiestas o ferias donde los productos de las bellas artes se orientan en amenizar. Edward Burnet Taylor (1871) en “Cultura Primitiva”, trató de ordenar las culturas desde las más salvajes hasta las civilizadas, situando las culturas occidentales en la cúspide. Este caracterizó la cultura como una acumulación de saberes a partir de un continuum donde lo primitivo es cero.

La iniciativa de formular en Santiago, la Agenda de Cultura para el Desarrollo conceptualizó “cultura” en coherencia con las experiencias del Centro Iberoamericano de Desarrollo Estratégico Urbano (CIDEU), los consensos de UNESCO y los Objetivos del Milenio. Asumimos “cultura” como modo de vida lo que aporta una amplísima relación con las potencialidades de la sociedad moderna para facilitar el desarrollo humano.