Estados Unidos, Reino Unido y Australia anunciaron el pasado miércoles 15 un ambicioso acuerdo de seguridad mediante el cual compartirían tecnología avanzada de defensa. Este pacto estratégico ha sido bautizado como AUKUS por el nombre en inglés de Australia, Reino Unido y Estados Unidos y tiene por objetivo defender los intereses compartidos en el Indo-Pacífico de estas superpotencias.
A través de una videoconferencia el presidente Joe Biden, los primeros ministros: el británico, Boris Johnson y el australiano, Scott Morrison hicieron oficial este acuerdo. Si bien, ningunos mencionó de manera explicita a China, este anuncio se ve como un intento de contener los avances de Beijing en aquella zona.
Dado que, la formación de este acuerdo debió haber sido anunciada previamente a la Unión Europea, este es un tema que tiene muchas aristas pues además de ser un pacto de seguridad y defensa incluye, entre otras cosas, el suministro a Australia de submarinos de propulsión nuclear, lo que está siendo visto cómo un incremento en la carrera armamentista en Asia. Es bueno aclarar que, si bien estos submarinos serán de propulsión nuclear, no significa que tendrán o portarán armas nucleares. De hecho, Australia es parte de los tratados de no proliferación nuclear y pactos internacionales de control de exportaciones, incluyendo el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares de 1970 y la iniciativa de No Proliferación y Desarme.
¿Cuál es el problema entonces?
El hecho es que Australia tenia un acuerdo con Francia por mas de 60 mil millones de dólares por medio del cual Francia iba a suministrar submarinos convencionales a Australia. Con la llegada al poder de Joe Biden, en enero de este año, Australia se acercó a este en la búsqueda de una alternativa, en función de que los submarinos convencionales que les iba a proveer Francia se habían quedado obsoletos, y en consecuencia ya no les servían a sus necesidades estratégicas. Para comprender esto, hay que entender las necesidades que tiene Australia en el apartado seguridad. Australia necesita patrullar la región de todos sus mares colindantes con China, porque China reclama muchos de estos mares como propios y desde la visión de Estados Unidos, Australia y los aliados todos, estos son mares internacionales.
También, desde el derecho internacional, pues China perdió un fallo ante la Corte Internacional de Justicia con Filipinas, cuando en julio de 2016, la corte rechazó los reclamos de soberanía de China sobre una serie de islas en el mar Meridional.
Se recuerda que en 2013 Filipinas denunció ante La Haya a China, al considerar que esta que había iniciado su expansión a varias zonas del mar meridional, ocupaba territorios pertenecientes a la zona económica exclusiva de Filipinas. El diferendo entre Beijing y Manila es con relación al atolón Scarborough y una parte de las islas Spratly, un grupo de cientos de arrecifes, islotes, atolones y cayos en que también Brunéi, Malasia, Taiwán y Vietnam tienen reclamos de soberanía ya sea total o parcial.
Entonces son mares internacionales desde el derecho internacional también. De manera que patrullar estos mares hace una especie de declaración de que no son mares chinos y por lo tanto Australia tiene derecho a patrullarlos.
¿Cuál es la ventaja de los submarinos de propulsión nuclear sobre los convencionales?
La gran ventaja de los submarinos de propulsión nuclear sobre los de propulsión convencional es que cuando son puesto en servicio tienen combustible suficiente como para durar 30 años operativos. Por la eficacia de la energía nuclear pueden operar a altas velocidades por periodos más largos y a diferencia de la combustión convencional, las reacciones nucleares no requieren aire. Pudiendo un submarino nuclear, permanecer sumergido a grandes profundidades durante meses, lo que desde el punto de vista estratégico es muy importante, porque esto brinda mejores capacidades de permanecer de incognito y permitir viajes mucho más largos y remotos.
¿Sus desventajas? Que son muy caros. Un solo submarino nuclear podría llegar costar varios miles de millones de dólares, además requerir una mano de obra muy calificada y con experiencia en ciencia nuclear.
Entonces como los submarinos convencionales son muy ruidosos y fácilmente detectable, desde la visión estratégica de Australia, los submarinos franceses ya no iban a servir para este objetivo, entonces empiezan las negociaciones de manera secreta desde enero de este año y no se le notifica esto a Francia de estas negociaciones. En Estados Unidos dicen, pero bueno nosotros no estábamos haciendo negocio con Francia, nosotros estamos haciendo un negocio con Australia, por tanto, no teníamos que notificar a Francia.
Pero entonces ¿Por qué Francia se siente traicionada?
Francia se empezó a sentir traicionada porque hubo reuniones de muy alto nivel, Joe Biden con Enmanuel Macron, los ministros de exteriores en junio, después en julio y agosto, en este último mes hubo una reunión de alto nivel entre los ministros de defensa de Australia y de Francia y no se le avisó a Francia de esto. Se le vino a notificar, tan solo unas horas antes, el 15 de septiembre que es cuando este pacto es anunciado con bombos y platillos por el presidente Joe Biden, el primer ministro australiano Scott Morrison y Boris Johnson el primer ministro británico y además se informa que Australia anularía el acuerdo para adquirir los submarinos convencionales de la empresa francesa Naval Group que habían sido negociado desde 2016, porque ya resultan inadecuados para las necesidades operativas de Australia.
La ira de Francia es muy grande porque se siente traicionada por sus aliados y como dijo Jean-Yves Le Drian, su ministro de relaciones exteriores, que era una estocada por la espalda, porque Francia había construido con Australia una relación de confianza y había sido traicionada. Francia llamó inmediatamente a consultas a su embajador en Washington y a su embajador en Camberra. Siendo la primera vez que Francia retira de Estados Unidos a su embajador, según el Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia. No es una ruptura de relaciones diplomáticas, pero si es un mal momento y el llamado a consultas o el retiro del embajador, es la manera protocolar de manifestar el desagrado con una situación particular.
Para que esto se entienda, ni en los peores momentos de las relaciones entre Estados Unidos y Francia esto ocurrió antes, recordemos las relaciones agrias entre el presidente francés Jacques Chirac y el presidente estadounidense George Walker Bush cuando se desató la crisis por el veto en 2003 del país europeo ante Naciones Unidas para impedir la invasión de Irak. Igual hubo momentos muy tensos con el gobierno de Donald Trump, pero en ningún momento se llegó al punto de retirar su embajador de Estados Unidos. El diario galo Le Monde, publicó que al final no hay diferencias entre Trump y Biden.
Es que este asunto involucra no solo a Francia, sino también a la Unión Europea, por eso vemos las declaraciones de Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad cuando hacia señalamientos de que la Unión Europea no había sido notificada y es que Estados Unidos lo que vio en esta alianza militar en Asia, es que le permite llevar a cabo su política de seguridad y defensa en contra de China que es la mayor prioridad de Estados Unidos ahora mismo y entonces desde la perspectiva de Borrell Estados Unidos está dejando de lado a Europa, está volteando hacia el Asia y encima se lleva a Reino Unido y ahí vemos al primer ministro Boris Johnson hablando del carácter global del Reino Unido, como diciendo y ahora que nos salimos de la Unión Europea podemos pensar en un Reino Unido global y con esto Estados Unidos ha golpeado muy fuerte a Francia y a la Unión Europea.
Estados Unidos ha estado tratando de minimizar la situación, con el relato de que entre amigos y aliados ocurren diferencias, pero estas se van a resolver pronto, y que no es necesario tanto alboroto por lo sucedido, pero para Francia y para la Unión Europea esto está siendo visto como un giro de la política exterior de Estados Unidos que tiene la alianza atlántica con varios países europeo, con Canadá y Turquía. Entonces esto es visto como un abandono de esta alianza, este giro de estas potencias anglomarítimas a un nuevo tipo de alianzas que se mantienen en secreto, un tema que sin dudas es muy sensible para los franceses.
Esto no es algo tan simple, es bueno entender el contexto. Joe Biden entró al escenario global prometiendo y pregonando que iba a recomponer las relaciones de Estados Unidos con sus aliados, especialmente con los de Europa y por ejemplo, Anthony Blinken, el secretario de Estado de Estados Unidos es un amante de la cultura francesa, habla francés de manera fluida, es un francófilo que tiene una visión europeísta. Biden y Blinken estuvieron justamente en las reuniones de este verano con sus contrapartes europeas hablando de la recomposición y de la importancia de la Alianza Atlántica.
Entonces, el hecho de que en ningunas de estas reuniones se haya tenido el cuidado de informar a Francia lo que estaba ocurriendo con Australia, pues Francia lo ha sentido como una verdadera traición. No obstante, desde una perspectiva realista se ha especulado que, si Francia hubiese sido informada por Estados Unidos, esta podría haber saboteado dicho pacto que era muy importante su establecimiento para Estados Unidos y para enviar un mensaje de poder a China.
No era el incremento de una carrera armamentista irresponsable como acusaron las autoridades China. No es eso, de lo que se trata es de dar un mensaje de poder a China, lo que era mas importante para Biden, aun a costa de sacrificar la confianza de un tan importante aliado como lo es Francia y esta a su vez involucró a la Unión Europea en todo este tema, lo que ha generado muchísimo escándalo.
Estados Unidos no estaba esperando la reacción de Francia y por esto lo hace el presidente Enmanuel Macron como diciendo, esto no es cosa menor. De que simplemente nos quedamos callado, esto entonces pasa a un segundo plano y luego nos vamos a contentar, pues mire que no. Nosotros lo estamos viendo como un cambio estratégico, como un cambio muy delicado que sobrepasa las acciones de Donald Trump y sobrepasa a las de Joe Biden ahora mismo. Estamos sintiendo el abandono de Estados Unidos y esto es bien delicado y vulnera la alianza atlántica entre Estados Unidos y Europa y entre Estados Unidos y Francia.
Es que son cuatro años de negociaciones que empezaron desde el 2016 y más de 60 mil millones de dólares, por un acuerdo comercial que ya estaban en el presupuesto de Australia, ya estaban autorizados para pagar el dinero y de pronto Camberra le dice a parís: pues fíjate que ya no te voy a comprar estos 60 millardos de dólares de submarinos franceses y Paris responde, pero y como no me avisaste algo así antes de haberse consumado esa acción. Tomando en consideración que ambos Estados sostuvieron una reunión de alto nivel el 30 de agosto pasado, tan solo dos semanas antes del anuncio del acuerdo.
Mientras escribíamos esta entrega hoy miércoles, 22 de septiembre, a las 8:30 de la noche, nos ha llegado la información de que Francia decidió enviar de regreso, a Philippe Étienne, su embajador en Washington, luego de que los presidentes Joe Biden y Emmanuel Macron sostuvieran una conversación telefónica en la que fue acordada una reunión de manera presencial a finales de octubre próximo en la que se aclararan las decisiones tomadas sobre el pacto AUKUS, que como hemos visto terminó rompiendo un contrato multimillonario de fabricación de submarinos convencionales entre Francia y Australia.