¿Qué es la poesía?

¿Qué es la poesía?

JOSE BAEZ GUERRERO
j.baez@codetel.net.do
La poesía nos habla quizás mejor que ningún otro género acerca de nosotros mismos, nos pone frente a un espejo o nos lleva a una plaza, y ya sea en íntima comunión con uno mismo o en gozosa comunidad con los demás, nos eleva y nos encumbra. Nos hace grandes; nos empequeñece. 

Pero, ¿hemos acaso definido la poesía? ¡Claro que no! Estamos apenas asomándonos a sus misterios. El Diccionario de la Real Academia Española, al definir la poesía, adolece de cierta asepsia casi clínica, que parece sugerir que a la palabra se le ha efectuado una autopsia. Pero los franceses poseen una definición más amable: la poesía es “el arte de evocar, de sugerir las sensaciones, las impresiones, las emociones a través de un empleo particular de la lengua, mediante la unión intensa de sonidos, ritmos, armonías e imágenes”. 

La poetisa norteamericana Emily Dickinson, para mí de gratísima recordación por las clases de literatura que el profesor James Olsen impartía en el Colegio Carol Morgan de Santo Domingo a mediados de los ‘70, tenía una manera particular de definir la poesía: “Si leo algún libro y mi cuerpo se torna tan frío que ningún fuego pudiera calentarme, sé que es poesía.

Si lo siento físicamente, como si me cortaran la cabeza, sé que es poesía. Estas son las únicas maneras que sé si lo que leo es poesía. ¿Hay acaso alguna otra manera?”.  En su Antología Norton de Poesía, los profesores Ferguson, Salter  y Stallworthy, se preguntan, ¿qué es un poema?: “Las definiciones ofrecidas a través de los siglos son casi tan numerosas como los ejemplos de este libro (cuyas 1,376 páginas reúnen 1,113 poemas por 251 poetas). Aunque no haya dos personas que puedan ponerse de acuerdo sobre cuáles atributos comparten todos los poemas, no sería absurdo decir que la mejor definición abarca todas las definiciones –incluso aquellas que se contradicen una a otra.

La poesía, después de todo, nos anima a abrazar la paradoja y la contradicción, lo inesperado, aquello que es impensable (y también, paradójicamente, lo universal, lo compartido, lo familiar). La poesía comenzó y continúa como canto; es usualmente mejor apreciada al ser hablada o cantada por una voz humana. Desde el advenimiento de la escritura, sin embargo, el acto de leer un poema en la página ha añadido nuevas dimensiones a nuestra experiencia”.

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