FRANCISCO ALVAREZ CASTELLANOS
Acerca del artículo de José Báez Guerrero sobre ¿Qué es la poesía?, me quedé esperando la definición al respecto.
La poesía es aquella que escribieran Osvaldo Bazil, Fabio Fiallo, José Angel Buesa, José Martí, Rubén Suro y otros poetas que en América han existido.
Dicho de otra manera, es una manera distinta de hacer literatura, porque tienen reglas que no pueden simplemente echarse a un lado.
La poesía es musical de alguna forma. Y esto se logra mediante la rima.
Y junto a la rima, hay que añadirle la métrica. Tanto la rima como la métrica pueden ser perfectas. Ejemplo: Piña rima perfectamente con riña, e imperfectamente con lima.
En la poesía clásica la rima y la métrica son esenciales.
Un verso no puede tener, por ejemplo, 18 sílabas y el siguiente apenas ocho o nueve, porque se rompe la métrica, la musicalidad del poema.
El tema es difícil de tratar porque hoy los auténticos poetas han dejado de escribir o de existir. O, por lo menos, no publican sus poemas. Y esto ha traído concomitantemente la desaparición de los declamadores. En estos días escuché a Osvaldo Cepeda y Cepeda quien, además de ser un locutor fuera de serie, es un declamador estupendo. Como lo fuera el desaparecido Juan Llibre.
Y puede que haya otros más pero, o no se atreven a presentarse en público, o no hay público que los oiga.
Y la desaparición de los poetas trae consigo la de los declamadores. O sea, el sublime arte de la poesía es uno prácticamente en extinción.
Ya no hay quien escriba un soneto, y si lo hay no se atreve a publicarlo o no tiene quien se lo publique.
Con la desaparición de la poesía, desapareció también la serenata, porque ambas siempre estuvieron unidas. Lo que faltó que dijera la canción, lo completaba el declamador, y ese duetto era casi infalible cuando se trataba de buscar el dulce sí.