Es curable y prevenible.
Pero en 2019 la tuberculosis mató al menos a 1,4 millones de personas en el mundo y enfermó a cerca de 10 millones, incluyendo a más de un millón de menores, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Uno de los desafíos para combatir la tuberculosis o TB es que la bacteria que la causa está presente en cerca de un cuarto de la población mundial, según la OMS.
Y desde ese estado latente la infección puede volverse activa cuando se agudizan otros factores, como la pobreza y la desnutrición.
«La tuberculosis es una enfermedad de la pobreza«, destaca la OMS en su informe global más reciente sobre el tema.
Y tanto esa pobreza como el acceso a los servicios de salud se han visto profundamente afectados en muchos países por la pandemia de covid-19.
«12 meses de covid eliminaron 12 años de progreso en la lucha global contra la tuberculosis«, afirmó esta semana End TB Partnership, un consorcio global para detener el avance de la enfermedad que integra la OMS junto a más de mil organizaciones a nivel global.
La agrupación afirmó que en solo 23 países el número de personas diagnosticadas y tratadas por TB cayó en al menos un millón en 2020 respecto a 2019.
Y señaló además que, según datos provenientes de India y Sudáfrica, las personas coinfectadas con TB y covid-19 tienen un riesgo de mortalidad tres veces superior que los pacientes que solo tienen TB.
Qué es la tuberculosis
La tuberculosis es causada por la bacteria Mycobacterium tuberculosis, que casi siempre afecta a los pulmones, pero puede afectar a otras partes del cuerpo.
La OMS explica que la infección se transmite de persona a persona a través del aire.
Cuando un enfermo de tuberculosis pulmonar tose, estornuda o escupe, expulsa bacilos tuberculosos al aire.
Y basta con que una persona inhale unos pocos de estos bacilos para quedar infectada.
La amenaza de la tuberculosis latente
Cerca de una de cada cuatro personas en el planeta está infectada por el bacilo de la tuberculosis, de acuerdo a la OMS.
La TB latente puede detectarse con una prueba cutánea o de sangre.
En la mayoría de las personas que inhalan las bacterias de la tuberculosis y se infectan, su cuerpo puede combatir las bacterias e impedir que se multipliquen.
Aunque no presentan síntomas de enfermedad ni transmiten la infección, estas personas tienen un riesgo de enfermar de tuberculosis a lo largo de su vida de entre el 5% y el 15%.
Las personas inmunodeprimidas, por ejemplo las que viven con el VIH o padecen desnutrición o diabetes, así como los consumidores de tabaco, corren un riesgo «mucho mayor» de enfermar, según la OMS.
«TB latente significa aquella persona que en determinado momento se contagió de TB, pero las defensas de su organismo lo protegieron. Entonces, es alguien que tiene la infección TB dentro del cuerpo, pero gracias a sus defensas no desarrolla la enfermedad; es como si la TB estuviera dormida o hibernando».
Así se lo explicó a BBC Mundo Leonid Lecca, director en Perú de Socios En Salud, una ONG con sede en Estados Unidos, e Instructor del Departamento de Salud Global y Medicina Social de la Universidad de Harvard.
«El problema es que si este grupo de personas no es protegida, en algún momento de su vida, cuando bajen las defensas (por ejemplo, debido a una mala nutrición) podría el germen «despertarse«y provocar una enfermedad TB».
«Por eso aquí hay dos mensajes: combatir los determinantes sociales (pobreza, malnutrición), y proteger a las personas en riesgo de TB (con la terapia preventiva contra la tuberculosis)».
En el caso de Argentina «se estima que un 30% de la población tiene infección latente, y que en inmunocompetentes la posibilidad de que esa infección se transforme en enfermedad es del 10%», le explicó a BBC Mundo Marcela Natiello, coordinadora del Programa Nacional de TB y Lepra de Ministerio de Salud de ese país.
La experta argentina señaló que el mayor riesgo lo presentan las personas que por alguna causa fisiológica o adquirida tienen una alteración del sistema inmune (embarazadas, niños, desnutridos, con tratamiento inmunosupresor, VIH etc.).
«La tuberculosis latente puede tratarse en algunas situaciones para evitar que se transforme en enfermedad», dice la especialista.
«En nuestro país la mayor fuente de contagio se da por exposición a casos que contagian (bacilíferos) siendo necesario que los enfermos puedan finalizar su tratamiento y se pueda realizar un control adecuado de los contactos».
En Estados Unidos hasta 13 millones de personas podrían tener una infección de tuberculosis latente, según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
El mismo organismo señala que más del 80% de las personas que se enferman de tuberculosis en Estados Unidos han tenido una infección de tuberculosis latente que no fue tratada.
Prevenible pero letal
El tratamiento preventivo de la TB consiste en tratar con medicamentos a las personas expuestas a la tuberculosis para evitar que desarrollen la enfermedad.
El CDC afirma que las personas con infección de tuberculosis latente deberían ser tratadas para evitar que lleguen a tener la enfermedad de TB.
Este tratamiento preventivo es variable según el país y la OMS actualizó en 2020 las normas de terapia preventiva, explicó el doctor Lecca.
«Por ejemplo, un muy buen tratamiento sería el de tres meses de isoniacida más (el antibiótico) rifapentina de forma semanal por tres meses, pero desafortunadamente la rifapentina es accesible a pocos países. Perú, por ejemplo no tiene acceso a ese medicamento y se usa solamente el esquema de seis meses de isoniacida de forma diaria».
Una vez que las personas desarrollan la enfermedad la tasa de mortalidad puede ser alta.
La OMS señala que sin un tratamiento adecuado morirán en término medio el 45% de las personas VIH-negativas con tuberculosis y prácticamente la totalidad de las personas VIH-positivas con tuberculosis.
El desafío de la TB resistente
Cerca de un 85% de las personas que desarrollan tuberculosis pueden ser tratadas con éxito con fármacos como la rifampicina que son administrados durante un período de seis meses.
Aunque tarda esos meses en curarse, una persona con TB deja de ser contagiosa en promedio a los 15 días de haber iniciado el tratamiento correcto.
Pero una gran amenaza de salud pública es el aumento a nivel global de la tuberculosis resistente, que requiere un tratamiento más costoso y prolongado.
A nivel global, cerca de medio millón de personas desarrolló en 2019 tuberculosis resistente a la rifampicina, de los cuales más del 70% tenía TB multirresistente a dos fármacos, según la OMS.