¿Qué es votar con cabeza?

¿Qué es votar con cabeza?

SAMUEL SANTANA
Ante la concurrencia de varios líderes políticos y unas sesenta mil personas congregadas el día primero de enero de este año en el Estadio Olímpico Félix Sánchez, el pastor evangélico Ezequiel Molina Rosario exhortó al pueblo dominicano a «votar con cabeza».

Estas declaraciones, recogidas ampliamente por la prensa nacional, se hicieron al inicio de lo que será el año de las elecciones presidenciales, específicamente el 16 de mayo.

Muchos analistas y pensadores sostienen que este será uno de los certámenes electorales más costosos y en el que se desatará una lucha titánica por el poder.

Será una contienda escenificada específicamente por las dos facciones principales del momento: el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) y el Partido de la Liberación Dominicana (PLD).

El año 2007 simplemente marcó una mínima parte de lo que habrá de ocurrir en este 2008 dentro de lo que será la arena política. Vimos a dos organizaciones copando la atención de los medios de comunicación con acusaciones y contra-acusaciones, con el objetivo evidente de cavar y ahondar nicho de simpatía dentro del pueblo, ante la decisión que tomará en las urnas.

Hay un PRD que no resiste seguir más fuera del poder, y busca hacer todo lo posible y hasta lo imposible por conquistar el terreno perdido en el 2004 por la gestión ciclónica y devastadora de Hipólito Mejía. Pero, de igual modo, se tiene a un Leonel Fernández Reyna que desea, por lo pronto, lograr la hazaña de repetir un período más frente a la administración pública, con el objetivo de consolidar lo que él considera como el desarrollo pleno de la nación dominicana.

Frente a este importante escenario se encuentra el pueblo dominicano, con la última palabra y debiendo tomar una decisión certera sobre lo que habrá de ser poner su suerte en manos de quien habrá de regir sus destinos en los próximos cuatro años, a partir del 16 de agosto.

Es ante este dilema que se escucha la voz de un líder religioso indicando que se debe «votar con cabeza».

Es una expresión a la que hay que darle mente, puesto que no se trata de una declaración clara, abierta y precisa sobre la decisión a tomar.

Es cierto que el pastor Molina manda al pueblo ir a las urnas, cumplir con el deber cívico y hacer una escogencia certera; empero se guarda para si mismo públicamente la que él tiene en sus adentros, debido a que es un predicador y no un abierto líder político de bandería abierta.

Pero aunque la expresión parece rayar en la ambigüedad, no obstante, en su naturaleza traza un indicio.

«Votar con cabeza», entiende la gente, es hacer valoraciones, cálculos y establecer comparaciones entre los parámetros ya establecidos. Es mirar el presente y el pasado para ver qué es lo que más conviene.

Y pienso que no es necesario gastarse mucho cotejando números y variables para llegar rápidamente a una conclusión.

El doctor Joaquín Balaguer era experto en apelar a este tipo de ejercicio en la mente del pueblo, cuando hablaba gráficamente sobre la famosa raya de Pizarro. Y cuando no, del «camino malo cerrado».

Era evidente que el diestro líder político del reformismo se refería al PRD, cuyos desaciertos en la administración pública exhibía como algo a lo que el pueblo debía temer, rechazar y cuidarse de no permitir que se repitiera en la vida pública de la nación.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas