¿Qué está pasando?.- Desde hace algunos días la prensa y otros medios de comunicación ofrecen informaciones sobre las escuelas que construye el gobierno a todo lo largo y ancho del país para incorporarlas a la tanda extendida y la “revolución educativa”, y vale de inmediato aclarar que no se trata solo de noticias positivas, como sin duda lo son las inauguraciones que semana tras semana encabeza el presidente Danilo Medina, sino todo lo contrario. Primero fueron las denuncias de ingenieros de Santiago de que están recibiendo fuertes presiones para que aceleren la construcción de las escuelas a su cargo, al tiempo que se quejaron, esos mismos ingenieros, de retrasos en el pago de las cubicaciones. Ambas denuncias fueron desmentidas de inmediato por funcionarios del ministerio de Obras Públicas, pero la regional norte del Codia insistió en su veracidad. El pasado miércoles la seccional de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) en Salcedo denunció que varias de las escuelas inauguradas recientemente en la provincia Hermanas Mirabal por el mandatario no estaban terminadas, lo que definieron como una burla. Y ciertamente lo es, aunque de antemano habría que descartar, en caso de que esa denuncia se corresponda con la verdad, que el presidente Medina haya estado consciente de esa situación, y uno espera que tampoco lo estuviera el ministro de Educación, Carlos Amarante Baret. Por eso es importante que se investigue a fondo la denuncia, precisamente la petición que hace el secretario de organización del gremio magisterial en Salcedo, Luis Ortega, pues si bien es entendible que muchos funcionarios se sientan presionados para cumplir la meta de construir las 10 mil aulas que anunció el Presidente para el inicio del año escolar, de ninguna manera se justifica volver a prácticas —inaugurar obras públicas sin estar concluidas— que suponíamos superadas en un gobierno que ha prometido corregir lo mal hecho.