Como mujer negra que tiene un salón de belleza especializado en el cabello multi-texturas (rizo, crespo, ondulado, lacio), son muchas las cosas relativas a la diversidad étnica de nuestra isla que me toca escuchar día a día.

Gente que habla de cabello malo, de mala cata, gente que alega que tiene el cabello rizo pero no crespo, ondulado pero no duro, que su hebra es más suave que la de fulana…
En fin, las cosas que se escuchan en las paredes de mi salón son historias inspiradoras, pero muchas veces comentarios que me dan una vara para medir la mentalidad general en la que nadamos.

Hace ya casi 12 meses que voy a trabajar con mi bebé al salón, como madre y emprendedora, entiendo que mi hija forma parte de esta rutina diaria de diligencias, trabajo y producción y la llevo conmigo casi a todos lados, por lo que la mayoría de mis clientes en algún momento la han conocido. Zohara, que así le hemos llamado, es una rica mezcla de muchas cosas, mi abuela descendiente de cocolo, mi abuelo por parte de madre descendiente de libanés, mi padre aportó un poco más de cocolo también, su padre (mi pareja) un hombre caucásico con fuerte origen del medio oriente.

Mi sorpresa ha sido la reacción de muchas personas al conocer a mi bebé: se muestran decepcionadas y sorprendidas de que no tengo una niña morena con un gran afro, y muchos lo hacen saber sin ningún pelo en la lengua, otros son más diplomáticos y hacen un comentario al aire. En fin, en este último año he aprendido que la idea de diversidad para muchas personas puede ser un tanto confusa, y que en ese sentido nos queda mucho por aprender y educar. En nuestra propia comunidad tenemos parámetros que pueden muchas veces considerarse discriminatorios, cuando lo que debemos hacer es abrir poco a poco nuestra mentalidad para aceptar las diferencias y reconocer su belleza. Nuestra idea como comunidad no es vivir en una sociedad que solo se enfoca en el afro y excluye todo lo demás, debemos reconocer que tenemos una gran mezcla étnica que nos aporta belleza y autenticidad, debemos respetarnos con todos nuestros tonos de piel, con narices anchas y finas, con cabellos rizos, crespos, lacios, ondulados y mezclados, pues esas cosas son las que nos hacen seres únicos y especiales.
¡Feliz martes!

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