Hace tiempo me vengo haciendo la “chiva loca” con mi cabello. No le hago mucho caso a las puntas, no me hago tratamientos periódicamente, no cuido de mi cuero cabelludo. Como estilista natural me pasa mucho la frase “en casa de herrero, cuchillo de palo”, pues muy pocas veces tengo tiempo para mi propio cabello. q
Pero la realidad es que el tiempo está ahí, solamente hay que tener la disposición para hacer las cosas y simplificarnos un poco la vida para poder darnos un cariñito de vez en cuando.
Me puse a analizar un poco por qué he descuidado tanto mi cabello y llegué a la conclusión de que siempre pensaba en procesos complicados y tratamientos súper elaborados, con lo cual de pensarlo, antes de comenzar, ya me sentía agotada!
Para solucionar mi problema he decidido hacer procesos más simples con mi cabello, comenzando con los tratamientos.
Como el tiempo que utilizo para dormir también puede serme útil, es cuestión de aplicar el tratamiento antes de acostarme y lavarlo tempranito en la mañana al día siguiente.
Esta es la receta que utilicé esta noche. Aproveché la ocasión para, aparte de aplicar esta mascarilla, cepillarme el cuero cabelludo con un cepillo tipo Denman, eliminando residuos de producto, un poco de caspa y de paso estimulando el crecimiento.
¡Hasta la próxima semana!