¿Qué falta?

¿Qué falta?

Juan Bosch me explicaba que había recursos frescos que se podían obtener del Presupuesto de la Nación, que para 1966 se esperaba que alcanzara a los 200 millones de pesos, entonces el peso equivalía a un dólar.

Explicaba que bastaba con el ahorro que significaba eliminar el ilegal 10 por ciento que percibían los funcionarios por las compras y por la adjudicación de obras públicas.

Aquel bolero decía: empezó por un dedito/la mano agarró y del beso al estallido de amor adormecido. Es decir, se comienza de la manera más inocente.

El país comenzó aceptando una coima del 10 por ciento sobre compras y pagos realizados con fondos públicos. Esa forma de corrupción se impuso hasta que llegó la marabunta del mal gobierno de Leonel Fernández, Danilo Medina y el Partido de la Liberación Dominicana: ahora la gente del gobierno constituye un grupo de empresarios que compite, con las ventajas que da el poder usado en su beneficio, con los empresarios tradicionales.

Funcionarios del gobierno del PLD, de Leonel, Danilo y conmilitones hace mucho que superaron el 25 por ciento hasta llegar al escándalo repetido por más de un funcionario que ha pagado, en el consumo de un solo día en bares y restaurantes, sumas superiores a los 750 mil pesos.

Las obras de desarrollo están a la espera y los recursos forman parte del Presupuesto de la Nación.

Basta con que la voluntad política se aplique a la inversión de los fondos de manera legal y honesta.

Si se unifican todas las oficinas que construyen obras para el Estado y se dispone la compra de todos los insumos por una entidad especializada, dirigida y supervisada de manera transparente, los recursos generados por el ahorro que producirían esas gestiones sumaría muchos miles de millones de pesos.

¿Por qué hay una unidad de construcciones y mantenimiento de escuelas, bajo la dirección del Ministerio de Educación y no es el Ministerio de Obras Públicas el que construye edificios escolares, carreteras, puentes, hospitales, edificios para oficinas?

Los fondos de Obras Públicas para la construcción de todas las obras del Estado deben ser supervisados y auditados por una Contraloría de la Nación que opere autónomamente.

¿Qué falta para que haya una sola oficina que compre todas las gomas de equipos pesados, camiones, autobuses, automóviles, motocicletas que gasta el gobierno y se les coloque a cada llanta una identificación, para evitar sustituciones maliciosas y dolosas?

¿Cuánto se ahorraría el gobierno si la Administración de Bienes Nacionales cumpliera su función y diera mantenimiento a las obras del Estado?

Hay de dónde obtener los fondos para el desarrollo si se administra correcta y honestamente.

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