¡Que hablen los médicos!

¡Que hablen los médicos!

Métodos modernos permiten ver patologías incompatibles con la vida

Imposibilidad de desarrollo renal, de riñón, o de pulmón (agenesia) y ausencia de cerebro son patologías que impedirían a un feto sobrevivir fuera del útero, donde está con vida porque el cordón umbilical lo alimenta.

Este razonamiento enarbolado por el ginecobstetra Víctor Terrero fundamenta una de las causales de la despenalización del aborto en el proyecto de Código Penal en manos de una comisión especial en la Cámara de Diputados.

¿Cuáles son los estudios que permiten determinar enfermedades fetales?

El médico detalla las sonografías normales, ahora más especializadas, que muestran resultados sobre la salud del feto y permiten evaluar el estado, la condición de sus órganos.
Afirma que dan una visión amplia.

Igual, el ADN fetal en sangre y la amniocentesis (los estudios embrionarios), con líquido amniótico mandado a analizar “y esto determina la patología que queremos investigar”.
Terrero indica que cuando es el caso, le plantean a la madre que no hay probabilidad de subsistir fuera del vientre.

Recibida la información, la gestante asumirá qué hacer.

“Eso es lo que queremos enfocar, que una mujer que quiera tener a su hijo pero que viene con unas condiciones que no le permitirán vivir pueda ser desembarazada”, arguye.
Expone que aún así si quiere dar a luz, hay que respetar su determinación.

Probabilidades. En cuanto al margen de fallo en el diagnóstico, dice que errar es de humanos, más asegura que la tecnología actual facilita la certeza de los estudios.

Expone que la meta del médico es salvar vidas y que por esto no hay razón para exponer a las mujeres a un embarazo cuyo producto sería inviable.

Terrero enumera otros diagnósticos que ayudan a detectar patologías, ligados por ejemplo a la investigación de trisonomía 21, pero aclara que solo cuentan en la causal los que generan imposibilidad de vida extrauterina.

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Ginecobstetra Juan B. Piantini Fuertes.

Ningún estudio es 100% certero y quedará la duda de si el niño sobreviviría


Los diagnósticos sobre enfermedades en el feto por más aproximados que sean, no son absolutos, por tanto pueden fallar y la patología ser tan grave como arroja el estudio, ligera e incluso ni siquiera existir y más aún, hay niños sobrevivientes de males severos como agenesia de un órgano vital.

El ginecoobstetra Juan B. Fuertes Piantini asegura con esta afirmación que han ocurrido errores tan grandes como informarle a una madre que su criatura estaba muerta en el útero, cuando era falso.

Por esto, razona, quedaría la incertidumbre de si en realidad tenía daños que le impidieran vivir o si al contrario, hubiese podido salvarse.

“Ningún método diagnóstico es 100% fiable, por más acertado que proclamen ser. Son muchos los casos que hemos visto de bebés que vienen con ‘malformaciones fetales’ y resulta que nacen sanos, sin el más mínimo trastorno. Pore so la duda que rodea estos casos”, esgrime.

Estudios intrauterinos y etapas de gestación.
El especialista expone que en muchos casos son hechas sonografías a las 12 semanas (genéticas) y/o a las 22 (morfológicas) orientativas en cuanto a la posibilidad de detectar malformaciones, pero insiste en que siempre hay un margen de error.

En su explicación prosigue con que luego ante sospecha de anormalidad, envían a hacer estudios complementarios y que tanto las sonografías como esos procedimientos al final solo pueden dar una guía aproximada.

“Por tanto, lo correcto es acompañar a esa madre, ofrecerle toda la orientación científica, tratarla con compasión, con delicadeza, que no vea el aborto como única opción”, sustenta.

Plantea que aún ese niño tenga una enfermedad crónica, es un ser humano y merece respeto y dignidad. Reafirma su teoría con que los médicos no acuden a las unidades de cuidados intensivos a desconectar los ventiladores porque el paciente está grave. Al contrario, luchan por salvarle.

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