Invitados l coloquios del periódico el Día,los doctores Juliet Gerra;de la liga contra el cancer y el doctor Ramirez; de encologia/foto Jose de Leon
Necesitamos una
ley que nos permita trabajar sin temor
Inducir el aborto es porque el tratamiento de cáncer podría matar o malformar al feto
Los cánceres son las patologías que más ponen en riesgo la vida de una embarazada y su tratamiento, expone el cirujano oncólogo José Ramírez, requiere quimio, “contraindicada en las primeras 12 semanas de embarazo y/o radioterapia, negativa durante toda la preñez, por el riesgo de muerte para el feto y por las lesiones que le podría producir”, por lo que ameritaría inducir un aborto. Igual, es esencial no postergar la terapia por el bien de la paciente.
¿Pero siempre será así, siempre ocurrirá ese daño para la criatura? El especialista aclara que en medicina no existen la palabra no, la palabra nunca, la palabra no hay posibilidad.
Entiende que frente a las probabilidades de efectos nocivos de esos fuertes procedimientos sobre el producto en el primer trimestre, debe estar abierta la alternativa de que el médico interrumpa el embarazo en lugar de esperar que sobrepase la etapa de peligro para iniciar el manejo de ese mal.
Eso sí, indica que la terminación de la gestación sería opcional “porque nada en medicina es absoluto, solo hablamos de posibilidades altas y bajas”.
En la sustentación de sus argumentos, plantea que cuando el diagnóstico arroja que la solución es la quimioterapia lo más rápido posible, la actuación del especialista choca con la imposiblidad de darla, y de poder practicar el aborto.
“Una buena parte de todos los cánceres necesita quimoterapia y esto produce malformaciones y hasta muerte en el tiempo de organogénesis (formación de los órganos) del feto. La quimioterapia es posible durante el embarazo después de los tres meses porque ya el bebé está formado por entero”, aporta.
Encrucijada. De la radioterapia indica que como está contraindicada en todo el embarazo, es ahí cuando hay que poner en una balanza la necesidad de manejar a una paciente con ese tratamiento o con quimio.
Esto conlleva igual un dilema. Sopesar si tiene algún beneficio aguardar el desarrollo completo del feto o inducir el aborto por los daños severos que podría acarrearle esa medicación, que reitera, incluyen su expulsión del útero y malformación.
Ramírez plantea que de todos modos, si la elección es esperar a que sean superados los tres primeros meses de gravidez para preservarlo, igual solo sería posible suministrar quimio, porque después de ese tiempo es factible, pues el peligro es menor paara la criatura.
La ley es la culpable. “Nuestra ley retrógrada nos impide ni que le mencionemos ni a las pacientes ni a sus familiares esta posibilidad. Hay una demanda de la mamá de una paciente cuya hija murió por falta de quimioterapia y la madre dice que no le dijeron que podía morir, pero es que no podemos”, asevera Ramírez
Indica que las patologías que requieren interrupción del embarazo son poquitas y que por eso no entiende la resistencia.
“Un cáncer es un cáncer siempre. Uno no va a inventar ninguna de esas enfermedades solo como excusa para hacer un aborto, porque las causas estarán ahí presentes siempre”, concluye.
José Ramírez cirujano oncóloco catedrático UASD
El médico no inventará jamás ninguna enfermedad como excusa para practicar un aborto. Un cáncer será siempre un cáncer”
Ninguna enfermedad requiere aborto para salvar a la madre
Médico que no actúa por miedo a ir preso está desinformado. Aborto perjudica más
El médico nunca ha tenido las manos atadas, por tanto, no es cierto que la madre muera por no tratarla y, si un especialista esgrime eso, está confundido. Proponer abortar para suministrar tratamiento es un error. Las terapias podrían matar o provocar malformación a la criatura, pero no siempre es así, y el aborto añade riesgos a la condición delicada de la mujer por la anestesia y por la sangre que pierde.
¿Cuáles son las bases que avalan esta afirmación del ginecoobstetra oncólogo Tomás Ventura? Empieza a detallar el procedimiento para tratar cáncer. Es suministrado el tratamiento a la embarazada, incluso en el primer trimestre, si el feto muere no tendrá repercusiones en la salud de la paciente, ni traerá problemas legales, porque no existió nunca la intención de matarlo, lo que sí hace el aborto, pero si sobrevive es una vida salvada.
Con esto aclara que siempre que la vida de la mujer ha estado en peligro los médicos han tomado la decisión correcta y si no lo han hecho es por falta de información o porque la familia así lo ha decidido.
Sustenta que aunque son alternativas fuertes, las quimios, menos severas y usadas en la mayoría de los cánceres, y las radioterapias, teratogénicas siempre, pero ahora focalizadas, lo que disminuye el riesgo, ninguna significa una condena a muerte de esa cría, o que siempre recibirá daños ni siquiera antes de las 12 semanas, cuando el peligro es mayor.
“El peligro depende del área afectada y la focalización ayuda mucho. Por tanto, no desembarazar beneficia a ambos”.
Lapsus de espera. Un dato que define relevante es que entre la llegada del resultado que confirme el mal y la preparación de la paciente suele pasar mes y medio y hasta más tiempo, por lo que el embarazo avanza y reduce el riesgo.
¿Preso o no? Ventura sigue con el enfoque legal. Existen protocolos y el artículo 42 acápite 3 de la Constitución protege al médico ante situaciones e incluye el cáncer de cervix en gravidez temprana. De esos tumores usados tanto como referencia, asegura son muy escasos y su evolución por suerte es lenta.
Por tanto, si aparece en el transcurso de las 12 semanas, que insiste, sería muy raro, antes del estadio dos ese mal requiere operación y para esto tampoco hay que hacer aborto, porque por causa de fuerza mayor el útero es extirpado. Asegura que incluso al final del segundo trimestre, existe la posibilidad de salvar al niño con inductores de madurez pulmonar.
Igual no trae consecuencias legales actuar frente al embarazo ectópico, que puede matar a la madre si no es intervenida.
Cesárea temprana. Es por las confusiones que suelen surgir que hace la diferencia entre aborto y césarea temprana. Con esta el niño es extraído y entregado vivo al perinatólogo para que haga todos los esfuerzos por salvarle, lo que claro no ocurrirá jamás con un aborto.
Esa cirugía es más común para frenar problemas de hipertensión, la mayor causa de desembarazo precoz y que afecta a partir de las 20 semanas.
Tomás Ventura ginecoobstetra oncólogo catedrático UASD
La ciencia contraindica aborto para tratar cáncer porque arriesga a la madre. Además, quita toda posibilidad al feto de vivir, porque sí puede sobrevivir. Entonces aborto no es para salvar a la mujer”