¿Qué hacer?

¿Qué hacer?

El país no se equivocó cuando votó por Hipólito Mejía y sus propuestas y el partido de quien mejor explicó las mil y una maneras de fraudes electorales, Juan Bosch, se quedó con el poder a la brava.

El país no se equivocó, votó por Hipólito Mejía porque Papá llegó para imponer el orden sin abusos, el respeto a la Constitución y las leyes sin atropellos legales, la inversión de los dineros públicos donde el país los necesitara y apretar el cinturón para salir de la furnia económica donde nos metió Leonel Fernández.

El país no se equivocó y votó por Hipólito Mejía porque todo el mundo sabe  que a Hipólito no le tiembla el pulso ni se le aflojan las rodillas cuando hay que tomar una decisión importante, una decisión de hombre.

El país no se equivocó, se equivocaron los guardias y policías, los políticos y politiqueros, los ladrones de cuello blanco, los ladrones de manos sucias y podridas por la corrupción, que se valieron de toda suerte de bellaquerías para quedarse ilegal e indecentemente con el poder político.

El país no se equivocó, el país votó contra la corrupción, pero los corruptos se quedaron con el poder.

El país no se equivocó, el país votó por el  rescate de la legalidad y la institucionalidad violadas permanentemente al amparo de un poder judicial constituido por jueces que usan anteojos partidarios de tuertos complacientes

El país no se equivocó, buscó una forma civilizada, democrática y decente de salir de un gobierno de ladrones descarados, que exhiben una bonanza económica que no pueden justificar.

El país no se equivocó, votó por Hipólito Mejía porque aquí todos conocemos al cojo sentado y al ciego durmiendo y no había otra opción electoralmente viable, que no fuera el voto blanco por el Partido Revolucionario Dominicano.

El país no se equivocó, votó por Hipólito Mejía aunque  un caballo de Troya de mala leche y baja estofa corroía el cuerpo perredeísta, con la traición de un descarado enganchado a político que ahora busca legitimidad y reconocimiento, como si  la deserción pudiera convertirse en una decorosa acción de guerra.

El país no se equivocó, votó por Hipólito Mejía porque era la opción democrática, porque representaba la justicia y la buena administración.

El país votó por Hipólito Mejía porque sabía que los ladrones serían perseguidos por los múltiples delitos que cometieron para enriquecerse a costa del erario y de toda suerte de acciones fraudulentas.

El país no se equivoca y escucha a Hipólito cuando dice que hay que enfrentar la pretensión de este gobierno que piensa cobrarle al pueblo los abusos económicos cometidos para quedarse en el poder.

¡No al paquetazo fiscal! ¡Resistencia pacífica, mientras dé resultados!

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