¿Qué hacer?

¿Qué hacer?

El panorama nacional es desolador. Vivir en nuestro país es cada día más peligroso. No se ve la voluntad nacional de cambiar esta situación calamitosa, el gobierno parece que no está en eso y el individualismo social nos encierra en un caracol de supuesta seguridad.

Definitivamente más patrullas de una policía militarizada en las calles no es la solución al problema. La delincuencia se combate, para ser efectivos, con un conjunto de medidas en cuyas acciones deben actuar, de manera mancomunada la autoridad y los gobernados.

Dentro de ese conjunto de responsabilidades la principal corresponde al gobierno, se trata de actuar con seriedad, transparencia, sin privilegios, con estricta aplicación de  la ley, con justicia.

No es de ahora ni es una situación que afecta estrictamente la sociedad dominicana. El crecimiento de la delincuencia tiene raíces profundas en la falta de educación, escolaridad, oportunidades de empleo, en dejar de lado la codicia, de que habló el Papa esta semana y fomentar la solidaridad.

Jesucristo enseñó que debemos actuar con responsabilidad, con respeto a la ley, se refirió  a leyes justas, administradas con probidad, para crear una nueva situación que superara la barbarie de la ley del Talión, que condenaba al delincuente a sufrir una pena similar al de su falta: ojo por ojo, diente por diente, cardenal por cardenal.

¿Qué hacer, ante hechos como los que enumeraré a seguidas?

Un hombre viola aterrorizándolas a tres sobrinitas menores de edad, durante varios años.

Un grupo de estudiantes, de ambos sexos, viola una loca mediante el uso de un palo; en el caso había jóvenes estudiantes de ambos sexos.

Un maestro de Higüey viola varios alumnos.

Un cura viola a varias niñas menores de edad, feligresas de su parroquia.

Varios delincuentes hieren de gravedad a una joven ingeniera, le disparan y le producen ceguera a resultas de las heridas.

Acechan personas que retiran altas sumas de bancos, los atracan y les quitan el dinero.

La política está tan desacreditada que se piensa que todos los políticos son ladrones, que en el ejercicio de la corrupción, si pueden,  venden hasta las elecciones.

Jueces emiten sentencias por conveniencia, por corrupción.

Periodistas retuercen las noticias y venden sus opiniones.

Médicos actúan de manera indecorosa, amoral y realizan procedimientos innecesarios  

Abogados defienden al Diablo, si Belcebú les paga.

Ingenieros, que no son los más calificados, obtienen contratas del gobierno por medio de influencias y porcentajes.

Legisladores forman y reforman leyes para beneficio personal o de terceros vinculados por razones familiares o de partido.

Quedarnos de brazos cruzados es una irresponsabilidad mayúscula. No basta rezar, como dice la canción: hacen falta muchas cosas para conquistar la paz.

¡Y que no siga la fiesta! 

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