Dra. Gricely Pozo
Especialista en Medicina de Emergencia y Desastres, HGPS.

Si todos supiéramos identificar los síntomas previos y realizar las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) podríamos reducir en gran medida el número de personas que fallecen como consecuencia del infarto de miocardio, ya que el paro cardiaco constituye una de las principales causas de mortalidad en el mundo. El abordaje temprano a las víctimas de esta condición es fundamental en el pronóstico de su sobrevivencia, por lo que aprender las maniobras básicas de RCP aumenta en un 70 % la posibilidad de sobrevivir.

Se produce un paro cardíaco súbito cuando el corazón deja de latir repentinamente, impidiendo que la sangre de las arterias (rica en oxígeno) llegue al cerebro, corazón y los demás órganos. Una persona puede morir en cuestión de minutos si no recibe tratamiento inmediato. El paro cardiorrespiratorio afecta a personas de todas las edades, aunque es dos veces más frecuente en hombres que en mujeres.

Las maniobras de RCP consisten en una serie de pasos y técnicas encaminadas a restaurar la respiración, la circulación y corregir los trastornos hemodinámicos que se desencadenan luego de la parada cardiorrespiratoria.

¿En qué consiste la RCP? La RCP básica consiste en la aplicación de compresiones torácicas y ventilaciones de rescate a una víctima que ha tenido un paro de las funciones cardiacas y pulmonares. Esto permite mantener un flujo continuo de sangre oxigenada al corazón y al cerebro.

Según recomiendan las guías mundiales, las maniobras de compresiones se deben aplicar a una frecuencia mínima de cien por minuto y las ventilaciones de 8 a 10 por minuto. Esto se resume en ciclos continuos de 30 compresiones torácicas (aplicadas en el centro del pecho) y 2 ventilaciones o respiraciones. Esto se hace hasta que el paciente responda, llegue un personal médico capacitado o se llegue a un centro de salud.

Diversos estudios han identificado la fibrilación ventricular (el corazón se mueve muy rápido y no logra bombear la sangre) como causa principal del paro cardiaco en adultos; por ello, para mejorar la calidad y aumentar la supervivencia de la víctima, se debe tener acceso inmediato a un desfibrilador externo automático (DEA), que es un aparato electrónico, portátil, de fácil utilización que permite diagnosticar y tratar el paro cardiaco cuando es secundario a fibrilación ventricular o taquicardia ventricular, donde los ritmos cardiacos tienen cierta actividad eléctrica, pero no logran bombear eficazmente la sangre. El DEA evalúa el ritmo y si es necesario transmite una descarga eléctrica al corazón estimulando así las células miocárdicas para restablecer su ritmo normal.

Actualmente hay desfibriladores disponibles en diversos establecimientos, tales como centros comerciales, aeropuertos, empresas y compañías privadas de ambulancias.

Son de fácil uso y todos tienen instrucciones para que cualquier persona los pueda utilizar.

¿Cómo hago RCP básica?

Es necesario identificar si una persona está sufriendo un paro cardiorrespiratorio. Para ello solo hay que seguir estos sencillos pasos:
1. Verificar si la víctima responde:
Revise la víctima para verificar si responde: tóquela y grítele. Si no responde, no está respirando o no respira normal, llame al 9-1-1 o al servicio privado de ambulancias, solicite un desfibrilador y regrese a la víctima.
2. Administre las compresiones:
Si la víctima no está respirando normal, no tose o no se mueve, comience con las compresiones. Empuje al menos 2 pulgadas de profundidad en el centro del pecho 30 veces; haga compresiones rápidas y fuertes al ritmo de 100 por minuto (más rápido que una vez por segundo).
3. Ventile a la víctima (soplar para echar aire):
Eche la cabeza de la víctima hacia atrás, levante la barbilla, apriete la nariz y cubra la boca con la suya; sople hasta que se levante el pecho y repítalo 2 veces (entre cada respiración deje 1 segundo), tome aire de nuevo y ventile, luego comience nuevamente con las compresiones.
4. Desfibrilación temprana:
Una vez tenga el DEA, enciéndalo, siga las instrucciones y cuando el DEA indique, pulse el botón de descarga; de inmediato reanude las compresiones seguido por las ventilaciones. Continúe hasta que el DEA indique que evaluará el ritmo.

¿Qué pasa si no quiero ventilar boca a boca?

Algunas personas no se sienten cómodas en ciertas situaciones donde no pueden o no quieren proveer ventilación boca a boca, por lo cual la Asociación Americana del Corazón en el año 2010, recomienda y promueve la técnica de “RCP manos solo manos”.
Este método consiste en aplicar solo las compresiones torácicas en el centro del pecho desde el momento en que se identifica el paro cardiaco hasta que llegue la ayuda médica avanzada.

Recuerda, ¡el tiempo un factor determinante!
Cada minuto que una persona con una parada cardiorrespiratoria no recibe RCP disminuye en un 10 % su sobrevida y luego de los 5 minutos, la efectividad de la desfibrilación comienza a decaer.
Es por ello que los estándares de calidad y las recomendaciones de las guías de reanimación indican que se debe de iniciar de inmediato la RCP y tener acceso rápido de los DEA. Es por esto, el Hospital General de la Plaza de la Salud y su Departamento de Emergencias mantienen todo su personal capacitado en esta disciplina que salva vidas.
Esto se logra con educación, apoyo y campañas de concienciación a la población sobre las maniobras de RCP. En el país hay instituciones certificadas por entidades internacionales, como la Asociación Americana del Corazón (AHA), que se dedican a la capacitación, promoción y enseñanza de las maniobras de RCP y el cuidado avanzado de los pacientes que sufren paros cardiacos.