Se debe frenar el ingreso de vehículos de segunda mano y renovar el parque vehicular, dando incentivos para vehículos de bajo consumo.
Por: Mario Méndez
Miguelina siente en el alma el sufrimiento de su bolsillo cada vez que tiene que hacer el pago a la estación de combustibles y recuerda que el consumo de su carro (del año 2002) es de 1.71 galones (6.5 litros) por cada 100 kilómetros mientras que el consumo del auto de su amiga Magnolia (de 2016), con un motor de igual cilindraje y haciendo el mismo recorrido, es de solo 4 litros (poco más de un galón).
Pero no repara en el costo que representa su alto consumo de combustible para el país en términos de erogación de divisas para la importación de combustibles y en daño al medio ambiente a través de una mayor emisión de gases de efectos de invernadero.
Lo piensa y cree que pudo haber hecho un mayor esfuerzo para financiar un carro que se acercara a la tecnología del de su amiga, de manera que la carga sobre su presupuesto fuera más liviana; pero no lo hizo y ahora se arrepiente de haber caído en el gancho que le tendió un vendedor de autos usados que opera el mercado informal.
Es triste escribirlo, pero el parque vehicular de la República Dominicana es de los de menor rendimiento en el consumo de combustibles en la región y, en consecuencia, de los mayores emisores de gases contaminantes. Y lo que peor: aún estamos entre los países que menos hemos hecho para superar esa situación, que es agravada por el rápido crecimiento de ese parque y por el manejo de un tráfico que se acerca al caos.
Esto ocurre a pesar de que la situación ya ha sido diagnosticada y se han identificado las medidas que deben ejecutarse para revertir la situación.
Un informe de Iniciativa Global de Economía de Combustible (GFEI) (basado en datos del período 2011-2015) hizo un estudio para el país sobre Combustibles y vehículos más limpios y eficientes en la República Dominicana, reveló que “las emisiones promedio de gramos de CO2 por kilómetro bajo el ciclo NEDC oscilan entre 266 – 229 g CO2/km, notándose una disminución en las mismas a partir del año 2012.
Mientras que el rendimiento promedio en Litros/100km de los vehículos anual oscila entre 10 -11 Litros/100km”.
Y señala que de haber tomado las medidas correctivas, “República Dominicana pudo haber alcanzado una economía de combustible de 180.4 g de CO2/km para 2015. El objetivo sugerido es de 154.1 g de CO2/km para 2030”, lo que parece razonable siempre y cuando se dé seguimiento, continuidad y fiel cumplimiento de las normativas recomendadas.
A nivel global, el objetivo es reducir a la mitad el consumo de combustible en vehículos livianos en kilómetros, y las emisiones de CO2 en gramos por kilómetro (g/km). De 8 litros por 100 kilómetros (L/100km) en el 2005 a 4 litros por 100 kilómetros (L/100km) para el 2050.
¿Cuáles medidas sugiere la GFEI para RD?
Entre ellas está una en la que no solo no hemos avanzado, sino con frecuencia se ejercen presiones que llevarían al país a un retroceso: la de prohibir y/o restringir en forma definitiva el ingreso de vehículos de segunda mano al mercado nacional, incluyendo importación de vehículos pesados de segunda mano (especialmente buses para transporte público y privado) y avanzar hacia la restricción o prohibición de la importación de vehículos livianos y medianos usados.
También sugiere renovar el parque vehicular de la República Dominicana, dando incentivos por la adquisición nuevos vehículos, de bajo consumo y bajas emisiones de CO2.
Además, recomienda introducir combustibles de bajo azufre (50 ppm o menos) a nivel nacional lo más pronto posible y oficializarlos mediante nuevas regulaciones, lo que permitirá introducir vehículos con las mejores tecnologías en el mercado.
Mejorar el ahorro de combustibles, las emisiones y los estándares de calidad de combustibles es vital no solo para que el bolsillo de Miguelina sufra menos, sino también para reducir la carga financiera al país y mejorar la calidad de vida de la población, asegurando un entorno ecológico amigable.