¿Qué hacer?:
Origen de la novela doctrinaria de Chernishevski

<STRONG>¿Qué hacer?:</STRONG> <BR>Origen de la novela doctrinaria de Chernishevski

Chernishevski desde el inicio de su reclusión en la tristemente famosa Fortaleza de Pedro y Pablo -Fortaleza Petropavlovsk- decide aprovechar el tiempo que estará detenido a la espera de juicio en algo productivo.

En un primer momento decide retomar y ahondar en su formación filosófica, que había tenido que abandonar debido a la intensa labor que realizaba como uno de los principales editores de la revista “Sovremennik”. En efecto, en pocos años desarrolló -como hemos podido ver en apretado resumen- una intensa labor como publicista, interesado en explicar a las nuevas generaciones las nuevas ideas y posibilidades que podían servir para que éstas cobraran conciencia del letargo y la dejadez histórica en que se encontraba Rusia y así ayudar a que el país despertara.

Además, nuestro pensador se había concentrado en una vehemente labor propagandista sobre como debía ser la reforma de la tierra para garantizar un auténtico desarrollo económico y el bienestar de la empobrecida clase campesina.

En el marco de su interés por profundizar en el conocimiento filosófico decide elaborar unos estudios que, según confiesa en carta a su mujer, “… he soñado largamente. (…) Empezaré una «Historia de la vida material y espiritual de la humanidad», en muchos volúmenes, una historia como nunca se ha escrito, porque las obras de Guizot, Buckle (e incluso las de Vico) están hechas sobre unos esquemas demasiado restringidos y su ejecución ha sido deficiente. Luego, empezaré un «Vocabulario crítico de las ideas y de los hechos», basados sobre esa misma historia…”.

Esta actitud combativa, este fervor por continuar la lucha en otro escenario, puramente intelectual ahora, que era la única opción que tenía disponible, revela como señala Franco Venturi en su obra clásica sobre “Los populistas rusos” que en Chernishevski, a pesar del estado de precariedad en que se encuentra desde el momento de su detención, hay “una voluntad de trabajo que se venga con la imaginación de la imposibilidad de actuar.(…) Su obra cotidiana de ilustrado, se transforma en la Fortaleza de Pedro y Pablo, en un sueño enciclopédico”.

Sin embargo, limitado por la circunstancia concreta en que se encuentra y por la falta de material bibliográfico adecuado para consultar las fuentes sobre las cuales debía trabajar, produce en sus propósitos una desviación hacia aquello que realmente podía realizar, y es desde la comprensión cabal de la situación real de su confinamiento, que decide encaminarse hacia otras direcciones.

Concretamente, produce una traducción al ruso de algunas de las obras de Jean-Jacques Rousseau (1712-1778). Empero, más adelante considera la posibilidad de comenzar un proyecto de creación literaria como la actividad más factible a ejecutar en su específica situación. Es así como se decide a escribir una novela, que titulará: “¿Qué hacer?”.

En la documentación relativa al proceso que se le sigue, se encuentra una declaración de Chernishevski sobre cómo llega de la crítica literaria y social, que había realizado en los años cincuenta para “Sovremennik”, a la escritura de una obra literaria.

Entonces, declaraba: “Desde hace tiempo me había preparado, entre otras cosas, para la actividad literaria. Pero estoy convencido de que las personas de mi carácter deben ocuparse de esto en sus años de madurez. Antes no tendrían posibilidades de éxito. Rousseau ya había llegado a la vejez, y William Godwin (1756-1836) también, cuando se dedicaron a la literatura. La novela es algo destinado a la masa del público, y es la más seria entre las ocupaciones de un escritor. Es una actividad más de ancianos, de personas de experiencia, que de personas jóvenes  aún no asentadas. La ligereza de la forma debe ser redimida por la solidez de los pensamientos que por este medio se infunden en las masas…”.

La novela es la obra de Chernishevski que alcanza mayor éxito popular, y habrá de servir –según el testimonio de Franco Venturi, en el libro anteriormente señalado- para “formar a toda una generación de estudiantes y revolucionarios populistas. Fue considerada, con propiedad, la historia novelada de los orígenes de éstas generaciones; de su aparición en los años que siguieron a la guerra de Crimea; de sus problemas morales y personales. En ésta se relata la repugnancia que sienten al descubrirse en medio de una sociedad centrada en mezquinos intereses, inculta y fea. Es la crónica de sus entusiasmos; de la formación de su personalidad a través de bruscas y paradójicas resoluciones. Revela sus primeros intentos de crear una vida distinta, personalmente libre, y al mismo tiempo consagrada al pueblo. El libro había sido escrito para esa juventud y sólo para ella”.

La redacción de la obra Chernishevski la comienza el 4 de diciembre de 1862, y la termina en pocos meses. En cuanto la concluye entrega el manuscrito a las autoridades de la prisión para que lo hicieran llegar a la dirección de la revista “Sovremennik” para su publicación. Empero, como era natural, estas lo remiten, como un trámite necesario, a la comisión encargada de la instrucción del proceso.

La burocracia judicial añadió, en el momento que llega a sus manos, su parte de ceguera y caos en el incumplimiento de los procedimientos establecidos, lo que determina que se produzca la publicación de la obra, sin haber sido en ningún momento autorizada por alguna autoridad válida.

En este caso se alteró, equivocadamente, todo el proceso establecido en el muy reglamentado y definido tratamiento de la censura respecto a los reenvíos a las diferencias instancias que debían conocer el contenido del libro, expurgarlo y eventualmente autorizar o denegar la publicación.

En concreto, se remitió el escrito a múltiples y diversas oficinas e instancias y cada una de ellas deja registrado su firma y sello en el manuscrito como testimonio de que había pasado por sus manos.

Así se fueron acumulando tal cantidad de sellos y firmas en el cuerpo del documento, que cuando el escrito llega a la sección encargada de la revisión censoria, alguien allí entiende, con la dejadez burocrática característica, que el manuscrito ha sido ya minuciosamente revisado y corregido, de modo que sin pasar por el trámite correspondiente fue remitido al destinatario, es decir, a la dirección de la revista “Sovremennik”, específicamente fue enviado al poeta, Nikolai Nekrasov (1821-1877), quien fungía como director y responsable de la publicación.

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