Saber que se tiene cáncer de seno puede cambiar la vida de cualquier mujer y de sus seres queridos. Estos cambios pueden ser difíciles de manejar. Es común que surjan preocupaciones sobre cómo será el tratamiento, sus efectos secundarios, las estancias en el hospital y de dónde se buscará el dinero para costear los gastos médicos.

Es posible que surjan interrogantes sobre cómo atenderá a su familia, cómo conservará el trabajo y de qué manera continuará con las actividades diarias.

Es importante buscar apoyo. Los médicos, las enfermeras y otros miembros de su equipo de atención médica pueden responder preguntas sobre el tratamiento, sobre el trabajo y otras actividades.

Consulte con el médico sobre los efectos secundarios posibles del tratamiento y si estos son temporales o permanentes.

Los trabajadores sociales, así como los asesores o miembros de la iglesia pueden ser útiles si quiere hablar de sus sentimientos o de sus preocupaciones.

Algo importante a tomar en cuenta es que cada persona es diferente. La forma como una mujer se las arregla con el cáncer puede no ser la indicada para otra, de ahí la importancia de la comunicación.