Ella es una de las tantas personas que vive en el barrio. Asustada, el martes pasado tuvo que correr para buscar a sus muchachos y trancarse en su casa, en Los Tres Brazos, porque las bandas estaban tiradas en las calles: seis muertos en dos días (lunes y martes), producto de los enfrentamientos, demuestran la gravedad de lo que aún está sucediendo en el sector.

Ayer estaba un poco más tranquilo pero nadie ofrece garantías de lo que suceda hoy, cuando enterrarán a otra de las víctimas de los enfrentamientos. Los vecinos, que están viviendo una auténtica pesadilla, se comparten mensajes de voz para evitar que alguien inocente salga lastimado.

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Al escucharlos, de forma fortuita porque conozco a alguien que vive ahí, me asaltan muchas preguntas: ¿Cómo hemos llegado al punto de que las bandas decidan si la gente puede estar tranquila en su casa? ¿Dónde rayos están las autoridades? ¿Hasta cuándo permitirán que el terror sea el que nos gobierne? ¡Nadie merece eso!

Ante el silencio ensordecedor de las autoridades, que omiten hablar de lo que sucede en los barrios, no podemos más que indignarnos. ¿Es que a nadie le importa, %$&*, lo que está pasando? ¿Cómo es posible que unos cuantos jueguen a matar sin que nadie se inmute? Están jugando con fuego y nos quemaremos.