¿Qué implica votar en nuestra cultura política?

¿Qué implica votar en nuestra cultura política?

El voto tiene distintos significados en los procesos electorales, algunos de estos son: 1. Voto-Favor-respuesta “clientelar”.

2. Voto-Castigo – “en contra de” es el voto por “el menos malo”.

3. Voto-“coro”-arrastre. Significa votar por el que va a ganar o por el que tenga fuerza en los grupos de pares.

4. Voto –Consciente. Este es el más débil y es el que debe promoverse desde la JCE con la difusión de propuestas, programas y debates por temas y áreas.

5. Voto en blanco – voto por ninguno. En estas elecciones el movimiento de “voto por ninguno” no ha tenido presencia pública como en otros certámenes.

Esta diversidad se muestra en los distintos estratos sociales, siendo el último el que menos presencia tiene en los estratos pobres. 

La abstención es castigada socialmente en nuestra cultura. La JCE no ofrece al ciudadano la opción de abstenerse como un ejercicio ciudadano al igual que el voto, lo que se presenta en otras sociedades democráticas. La abstención tiende a ser la expresión de la inconformidad ante la falta de opciones electorales o de alternativas.

El voto favor es el voto clientelar. El clientelismo se convierte en uno de los ejes principales que permea los certámenes electorales y que se ha ido fortaleciendo porque va de la mano con la ineficiencia del Estado.

“El clientelismo se puede definir como una reciprocidad difusa: intercambio de apoyo político por favores económicos y sociales, lo cual corroe el Estado de derecho, actuando en contra del desarrollo humano. Es un ejemplo de capital social negativo para la sociedad, pero favorable para pequeños grupos e individuos que construyen organizaciones que sirven de apoyo a caudillos locales e, incluso, nacionales.

El fenómeno del clientelismo no sólo afecta a los partidos políticos, sino que está profundamente enraizado en la sociedad dominicana”. (ODH, 2008: 8)

El clientelismo como bien se define en el Informe de Desarrollo Humano del 2008 tiene un contenido de favor-débito social. El favor es parte de nuestra cultura social y no solo se presenta en la cultura política sino también en las relaciones vecinales, familiares, de compadrazgo y desde el favor se tejen redes sociales que alimentan la solidaridad, el apoyo y la cohesión social.

La ambigüedad del favor como eje que atraviesa la vida social y política de nuestra sociedad se acrecienta en los procesos electorales. Se identifica el voto en una dinámica circular con contenidos de favor en doble vía: como respuesta y como generador de favor-débito social. El voto-favor se presenta tanto para el mantenimiento de un cargo, empleo o botella, retribución al empleo o expectativa de obtención del mismo.

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