Que la hoja de coca no sea un problema

Que la hoja de coca no sea un problema

En Estados Unidos un hombre de 27 años mata a diez personas, entre ellas sus abuelos y su propia madre. En Alemania, un joven de 17 años mata a 16 personas en su ex escuela de secundaria.  En 2002, también en Alemania, otro joven, de 19 años, mató en su ex escuela  a 16 personas. Aquí matan por un celular, y mientras  el presidente Evo Morales defiende en Viena, ante la ONU,  la hoja de coca (no así de la cocaína) alegando que es parte de una cultura.

El mundo, desde mi punto de vista, está desbordándose en todos los sentidos y no de manera positiva. El panorama mundial, del que no escapamos, es penoso.

Mientras los legisladores insisten en cobrar cada día más, los médicos no logran que se les reconozca su trabajo mediante un aumento salarial, por demás merecido. La violencia, ante todo, es lo que más preocupa. El desequilibrio mental que han de tener los autores de hechos tan horrendos es digno de estudio.  Debería invertirse un poco más en el análisis de la conducta de los adolescentes.

Cada vez son más los adolescentes que se dejan arrastrar por la droga.  Hay que ir al fondo de las cosas.  El origen de esa tendencia podría tener una causa evitable.

Falta de carácter, falta de comprensión, falta de atención por parte de la familia.  Debería trabajarse en ese sentido y tal vez dando con la causa real de lo que provoca actuaciones desaprensivas no importaría si se legaliza o no la hoja de coca.  Hay que buscar la raíz del problema.  La fiebre no está en la sabana. Meditemos.

Publicaciones Relacionadas

Más leídas