Como este año que recién comienza, además de los problemas acumulados tiene por delante dos grandes compromisos electorales, hay que pedirle a la Virgen de la Altagracia, cuya festividad conmemoramos hace dos días, que ilumine al pueblo dominicano. A nuestros líderes políticos, al gobierno y a todos los sectores que tienen poder e influencias, para que primen acciones sinceras. Encaminando todos sus esfuerzos, primero y ante todo, a procurar el clima de convivencia indispensable para lograr dos procesos ejemplares. Y luego de los procesos electorales poder crear bases sólidas hacia la transformación y los cambios estructurales que demanda la nación.
Que se establezcan prioridades, tomando en cuenta los verdaderos problemas del país y de todos sus integrantes. Sector por sector y ciudad por ciudad. Y concretizadas dichas prioridades, determinar los puntos de coincidencia en los cuales se pueden llevar a cabo acciones comunes y dejar de lado todo lo que pueda constituir obstáculos a esos posibles planes de desarrollo, económicos, sociales, políticos, institucionales, etc.
Que se abandone la práctica de pretender convertir un problema personal o grupal en un problema nacional, que tronche las aspiraciones de las mayorías. Que se abandone la idea de que alguien en particular es poseedor de toda la verdad de manera absoluta, y partiendo de esa falsa hipótesis, pretendan imponer criterios menospreciando las opiniones de los demás. Desoyendo voces discordantes o pretendiendo aplastar cualquiera que le fuera contraria.
Que el espíritu de bondad, humildad y fraternidad de la mayoría del pueblo dominicano sea capaz de influenciar y tocar las sensibilidades de los que de una forma u otra gobiernan, dirigen y orientan a la nación- Para que con sus acciones contribuyan a afianzar esos elevados sentimientos que adornan al pueblo dominicano.
Que las divergencias en torno a la Junta Central Electoral encuentren soluciones lógicas, prácticas, viables, partiendo de ideas que tiendan a aliviar los problemas, no a agravarlos.
Que los partidos políticos concluyan sus procesos internos de selección de candidatos dentro de un clima de armonía y respeto. Y que sus propuestas representen verdaderas soluciones a los grandes problemas municipales y nacionales.
Que haya paz y respeto mutuo. Que se comprenda el verdadero mensaje de paz y respeto. Respetarse a sí mismo de palabras y hechos, y respetar a los demás para poder exigir que lo respeten. Paz para consigo, a fin de poderla dar y exigirla de los demás. Paz y respeto para los suyos y también para los contrarios. Mediante la paz y el respeto se puede lograr un país con mejores oportunidades para todos, y este año debe ser el comienzo.
Que se reafirme el sentimiento profundamente cristiano del pueblo dominicano. Cristiano en cuanto a los deseos de superación y perfección. Cristiano en cuanto a la necesidad de mantener permanentemente una actitud de concordia y de bondad hacia los demás. Cristiano en cuanto a la observación de las más estrictas normas de la ética y la moral en todas las acciones humanas. De manera especial, de las cúpulas que gobiernan, influyen o dirigen, tabasa1@hotmail.com