Qué lástima que ocurra en víspera de Navidad

Qué lástima que ocurra en víspera de Navidad

Resulta una verdadera lástima que las aguas en el PRD se hayan agitado nuevamente, precisamente en la víspera de Navidad, cuando se supone un tiempo de paz, amor, entendimiento, confraternidad y todo lo que   de alguna forma contribuye a que las personas, sin importar de quienes se traten, se deseen felicidad y prosperidad.

Y resulta mucho más penoso cuando hace apenas dos días leímos en este mismo medio un artículo del estimado amigo y distinguido dirigente perredeísta Jesús Feris Iglesias, en el que   destilaba entusiasmo y optimismo ante la posibilidad de que luego de las festividades navideñas se pudieran llevar a cabo actividades en procura del entendimiento que tanto los perredeístas como cualquier dominicano interesado en la institucionalidad desea para ese como los demás partidos que conforman la base de nuestro pobre sistema democrático.

Se dice popularmente que Nueva York no duerme, pero sobre todo la dirigencia  del PRD  no descansa. Siempre están al acecho de cualquier oportunidad para actuar, a veces sin darse cuenta de lo que conviene o perjudica. Todos dicen tener la razón y al parecer nadie se equivoca. Muy pocos son dados a admitir errores. Los culpables son los demás. Cada quien es dueño de su propia verdad. La defienden y la hacen suya sin miramientos, talvez por eso son grandes y ha calado tanto, aunque lamentablemente los resultados finales no les hayan acompañado siempre.

El PRD cuenta con dirigentes y personas amigas que tienen verdadera conciencia de lo que acontece a lo interno. Se reúnen y conversan con frecuencia.  Analizan y elucubran. Elaboran estrategias y recomiendan, pero la mayor parte de las veces, el día a día y el laborantismo junto al fardo de años y acciones del pasado pesan demasiado y el esfuerzo se queda en el camino sin dar todos los frutos que tienen y pueden ofrecer para su fortalecimiento, actualización y contribución más decidida a lo que acontece en el país, que es uno de los aspectos primarios de un partido con su peso e historia.

El peor problema es que los conflictos en el PRD son repetitivos y cada quien cree saber cómo enfrentarlos de acuerdo a un librito no escrito como el de la pelota, que aplican según sus experiencias, pero sin darse cuenta de que los resultados, aunque algunos hayan logrado objetivos personales, el del conjunto, el de la organización, el de sus posibilidades de haber permanecido o llegado al poder en muchas más ocasiones de las que lo han logrado, han fracasado. Muchos esfuerzos en aspectos secundarios  les han impedido alcanzar los fundamentales.

Ojalá que el buen deseo de muchos de sus dirigentes y las esperanzas de la mayoría de sus militantes, como lo manifiesta Jesús Feris, encuentren el eco necesario y la sensatez se imponga.  Que los rayos de luces que emite la estrella que anuncia la Natividad sea capaz de permear la piel de paquidermo que lucen tener muchos políticos dominicanos. 

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