A veces uno se cuestiona sobre qué es aquello que verdaderamente le importa a la gente. Y me refiero a esa masa indescriptible de personas que en ocasiones no sabemos diferenciar en medio de una sensación de angustia que, por consecuencia, nos hace caer en la simple generalización.
¿Qué será lo importante? Que mueran bebés en una maternidad de Los Mina y que quieran esconder los datos, o que luego de tanto “echavaineo” del Gobierno con la nueva y también supuestamente “independiente” Cámara de Cuentas, ahora se despache su presidente diciendo que es un preso de confianza y sus miembros le obligan a firmar documentos que violan la ley.
Quizás sea más importante el vestido que usó la Primera Dama en la coronación de Carlos III, a que el Plan Social aproveche el presupuesto para el techado de las casas en estado de deterioro, para hacerle propaganda al gobierno, adquiriéndolas de color azul PRM y con el logo tamaño gigante para que se vea desde el nuevo teleférico, que además, tiene menos cabinas, un trayecto más corto y costó 188% más que el anterior, calculado en dólares.
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Confieso que ha de ser muy frustrante a veces, entender qué le importa a la gente, porque si por percepción personal es, la confusión y el incremento de distracciones por plataformas digitales, deja mucha desesperanza.
¿Nos importa la utilización de la figura del fideicomiso con la finalidad de privatizar al Estado? ¿Nos preocupa que nombren en Punta Catalina a dueños de otras generadoras privadas? ¿Nos importa la crisis creada con las libretas de los pasaportes, la inversión del 4% para la educación y el deterioro del sistema de salud?
Nos importa tanto lo que tenga que decir Tania Baez sobre cómo deben de ser elegidas las parejas que nos convienen, o el café entregado en Londres, el cual, siempre sospechamos que el presidente Abinader le llevaría a la dominicana residente allí, en vista de su acostumbrado impulso populista.
Nos importan los tenis de Carolina Mejía o la ciudad con el suelo dañado por un asfaltado de capas sobre capas, llevado a cabo en el Distrito Nacional por los dos períodos de alcaldía del PRM, sin tomar en cuenta las medidas adecuadas de drenaje, lo cual, nos dejó un octubre del 2022 con muertes e inundaciones.
Palabras al aire utilizadas una y otra vez por distintos personajes de la política y la sociedad; calidad educativa, institucionalidad, transparencia, inclusión, etc. ¿Nos importa cómo eso se materializa?
Le importaría a la gente interiorizar la idea sobre que el desarrollo es un camino constante y largo, con conquistas que nunca están exentas de ser arrebatadas a la ciudadanía por políticas que protegen a grupos económicos egoístas e indiferentes, o por la influencia de otras naciones con más poder.
Es tiempo de revalorizar qué realmente nos importa y sensibilizarnos para entender mejor el panorama de esta sociedad del gozo, las distracciones y las injusticias constantes que suceden en frente de nuestras narices, mientras da la impresión que la gente vive obnubilada.