¿Qué más podía hacer la Fed?

¿Qué más podía hacer la Fed?

POR PHILIP COGGAN
Los inversionistas no han sabido bien qué hacer con la última decisión de la Reserva Federal. Las acciones corrientes subieron ante las nuevas, solo para caer después: el dólar bajó, para volver a subir. Los rendimientos de los bonos del Tesoro se movieron modestamente al alza.

Los mercados recibieron la pausa en las tasas que estaban esperando, pero no el “cierre” adorado de los dramas psicológicos. Como bien dejó claro la Fed, si hay deterioro en los datos, pudieran producirse nuevas alzas en las tasas.

Puesto que se sabe bien que las cifras económicas son erráticas (según la jerga “tienen mucho ruido”), y están sujetas a revisiones amplias, eso genera incertidumbre. Y eso debilita el sentimiento de los inversionistas y conduce a la volatilidad de los mercados.

¿Y qué otra cosa podía hacer la Fed? De haber sido más decisiva, hubiera sido condenada, en cualquier dirección. Un alza en las tasas hubiera sido tomada como un asesinato a la luz de la desaceleración en el crecimiento del producto interno bruto en el segundo trimestre y las señales de debilidad en el mercado inmobiliario. Una pausa definitiva en las tasas pudiera haber sonado a complacencia después de las recientes cifras de la inflación central.

Un sondeo de Reuters de negociadores primarios de bonos reveló cómo la perspectiva sigue delicadamente equilibrada; 13 creen que ya se alcanzó el pico en las tasas, mientras que 10 consideran que se producirán nuevos incrementos. Sin embargo, solo cuatro esperan un movimiento en la próxima reunión.

En esencia, la Fed ha tenido que hacer una apuesta: que el impacto retardado de sus 17 aumentos anteriores en las tasas compensarán las presiones inflacionarias que todavía están en el sistema. Si esta jugada fracasa, entonces la credibilidad del banco central de Estados Unidos se afectará en un momento temprano del mandato del presidente Ben Bernanke.

Sin embargo, el descenso reciente en los rendimientos del los bonos del Tesoro indica que los mercados no están demasiado preocupados por las presiones inflacionarias. Los pronósticos a favor y en contra de la inflación, como se refleja en la tasa que favorece la Fed de cinco años/cinco en adelante han pasado de 2.5% a 2.66%.

Sin embarego, Tim Bond, jefe de asignación de activos globales de Barclays Capital, cree que el mercado de bonos se ha confundido en la redistribución del gasto de los consumidores en la energía como la señal de una desaceleración más general. Las cifras reales del PIB han perdido fuerza (pero pudieran revisarse al alza para el segundo trimestre); el PIB nominal sigue estando delante. La Fed puede que tenga más trabajo por hacer.

VERSION: IVAN PEREZ CARRION

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