¿Qué me pongo este otoño?

¿Qué me pongo este otoño?

Sandalias y botas con tachuelas,  como los que llevaban los punkies,  botines Oxford, pañuelos al cuello, sombreros como las damas británicas, joyas geométricas, detalles de plumas en vestidos, bolsos y tocados…  Estos son algunos de los elementos básicos de la moda para pasar el otoño.

La  inspiración orientalista y los toques de piel se combinan con bolsos joya, zapatos futuristas y el «look» college, que propone Balenciaga. Básicos de la temporada otoñal son también las chaquetas deportivas de cuero repletas de cremalleras y los guantes guateados.

Los días de viento y caída de hojas no podrá prescindir de esta serie de prendas y accesorios presentes ya en todas las colecciones de las grandes firmas.

Los colores grises, azules y morados son la clave para sentirse favorecida y a la moda. Olvídese del pantone cromático y elija las tonalidades más lánguidas del frío.

Entre ellos, destaca el azul marino como color estrella, en su vertiente más «navy», con toques de azul eléctrico o pavo. Compite en importancia el morado, que ilumina las blazers, o el gris que tiñe jerseys y vestidos.

PLATAFORMAS, CINTAS, ELÁSTICOS Y MIL COLORES

En cuanto a los pies, se tratan de la clave de cualquier estilo; no basta que todo case a la perfección: bolso, peinado, joyas y atuendo, si los zapatos que lleva no son lo último. Entierre en el armario los coquetos zapatos de muñeca (con punta redonda) del año pasado o las estilosas bailarinas sin cintas planas de toque infantil, y cálcese unos zancos multicolores que estilicen su figura.

El zapato que se lleva este otoño presume de tacón prominente y voluminosos, en madera o cuña. Tacones anchos que se elevan por encima de los 10 cm. y que resultan cómodos por la plataforma delantera que llevan adherida. Se sujetan además con cintas elásticas y presumen de lazos acharolados o en tela de grosgrain.

Respecto a los materiales, sin lugar a dudas el terciopelo es el más utilizado por los árbitros “fashion”, material que también es protagonista de la colección de bolsos y zapatos de Yves Saint Laurent.

El charol es también un material muy usado en las últimas colecciones, aportando un toque pop muy Warhol a los estilismos.

Los bolsos también se construyen a base brillos y plumas, como el codiciado plumífero de Salvatore Ferragamo.

Es fundamental añadir detalles que los personalizan: pueden ser lazos, pañuelos o llaveros al gusto de la consumidora, que se convierte en creadora dándole ese toque único a cada uno de sus objetos con los símbolos que más la identifiquen.

Por su parte, los cinturones  se convierten en verdaderos cinturones de castidad, con candados y construidos en metal. Los que proponen los italianos Dolce & Gabbana se suben desde las caderas hasta un poco más arriba de la cintura poniendo de manifiesto las formas femeninas, al modo de las “pin up” de los años 50 y 60.

Las gafas retro, como las de aviador, que portaba Maverick en “Top Gun” (a quien daba vida Tom Cruise) o el modelo Wayfarer de Ray-Ban, predilectas de Andrea Casiraghi, admirado por su look desaliñado, pero chic, no podrán faltar entre sus complementos.

LAS MEDIAS DE COLEGIALA, SUS GRANDES

Las medias hasta la rodilla, que actualizó MIU MIU y Prada triunfan, a ser posible en canalé y colores claros, con remate bicolor en la parte superior. Se unen a sandalias con cintas de goma que dejan ver las medias en todo su esplendor, por lo que es muy importante que el tejido de éstas sea de buena calidad.

Los bolsos se convierten en portafolios o bolsas como las que llevaban los antiguos carteros, para todos los días, con detalles de piel y tejidos clásicos, para la noche, cluches (bolsos rígidos y de mano) y carteras, guateadas o blandas.

Las cadenas de oro sirven para colgar los bolsos de toda la vida.

En cuanto al material estrella, la piel de cocodrilo se erige con el poder.

El corte que más se lleva es el corte imperio, debajo del pecho, aunque también pegan con fuerza los escotes corazón, sin tirantes o de inspiración oriental, es decir, tipo túnica. Se llevan solos, con una combinación debajo o con leggings metalizados, sobre todo plata o cobre, aunque también triunfan los  coloridos, rosas, naranjas, verdes y azules visten las piernas de las más modernas.

DESTACADOS

El pelo se lleva largo y ligeramente ondulado, aunque también se puede recoger por medio de cintas, diademas o turbantes.

Los “leggings” continúan en la cresta de la ola, aunque ya no se lucen con tacones, sino con botas en ante o cuero negro de estilo mosquetero, altas hasta la rodilla y con vuelta. Las más clásicas eligen las botas hípicas.

Los vestidos largos en punto de seda o gasas de inspiración folk, como estampados geométricos o cortes rectos, enamoran desde las pasarelas.

Mujeres, musas de los bosques

Las mujeres se convierten en musas de los bosques, con un aire de cacería o de estudiantes estilosas de Oxford, con bufandas milrayas, chaquetas de terciopelo, pantalones de inspiración hípica y botines de cordones.

Para la noche predomina el minimalismo del monocolor y las líneas puras con destellos de plumas y aplicaciones joya, como los vestidos que diseñan en Chloé.

El pelo se lleva largo y ligeramente ondulado aunque también se puede recoger por medio de cintas, diademas o turbantes.

Las cabezas se tocan con sombreros, gorros y tocados, traídos de otras culturas, con borlas, en visón, zorro o conejo, como las grandes duquesas rusas de la época imperial o borsalinos de inspiración “gentleman”.

VESTIDOS FOLK Y «LOOK GENTLEMAN»

Los vestidos largos en punto de seda o gasas de inspiración folk, como estampados geométricos o cortes rectos, enamoran desde las pasarelas.

Otras prendas muy de moda para este otoño son las faldas «ladylike», a media pierna y muy ajustadas, que se combinan con camisa blanca y jersey de pico, las puntas de los zapatos se afilan y la altura de los tacones se reduce.

En cuanto a los bolsos, se adornan con broches, cuentas, brillantes y plumas, sacando a relucir el lado más femenino de su portadora y otorgándole un aire femenino a un estilo de corte masculino.

Y es que para su día a día, elegirá pantalones anchos en tela de cuadros príncipe de Gales, tejido tartán o raya diplomática, unidos a jerseys de cuello cisne y zapatos estilo mocasín.

Las que prefieran un estilo más glamoroso deberán acudir a la tendencia bailarina, faldas confeccionadas en tul muy vaporosas se conjuntan con zapatillas bailarinas provistas de cintas y camisetas con guiños infantiles, cuyos protagonistas (Hello Kitty, Mickey Mouse o Snoopy) consiguen que esté a la moda y consiga un halo chic e inocente. Los “leggings” continúan en la cresta de la ola, aunque ya no se lucen con tacones, sino con botas en ante o cuero negro de estilo mosquetero, altas hasta la rodilla y con vuelta. Las más clásicas eligen las botas hípicas.

En cambio las verdaderas víctimas de la moda consiguen para su estilismo rutinario botas de lluvia, como las que portaban en su más tierna juventud. Es la única prenda del otoño que permite ser llevada en todos y cada uno de los colores, es más, cuanto más chillones mejor: rosa, verde, amarillo o azul son las más en boga.

Efe Reportajes

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