Que nada quede impune

Que nada quede impune

El miércoles por la noche miembros de la DNCD mataron a dos personas e hirieron  a otras seis cuando, según versión de los agentes, fueron atacados a pedradas durante una operación antinarcóticos en San Francisco de Sabana Yegua, Azua. Ayer jueves, un sargento mayor de la Policía hirió de un balazo en una pierna a un joven y apuntó a la cabeza del periodista Marcos Lorenzo, corresponsal de Listín Diario,  que le tomaba declaraciones acerca del  incidente de la noche anterior con los antinarcóticos.

 Las circunstancias en que se produjo la balacera debe ser objeto de una investigación minuciosa y transparente, para comprobar responsabilidades comprometidas. Entre los heridos hay dos adolescentes y un niño de nueve años. Todas las versiones sobre el detonante del suceso deben ser pasadas por un fino cedazo. Si los agentes fueron realmente apedreados, estamos ante una provocación. Hay que ver si la respuesta al supuesto ataque no fue desmedida.

El otro hecho grave a investigar y sancionar es el ataque  del sargento mayor Delio Familia contra el joven Wagner Ferrera, a quien hirió de bala y la amenaza de muerte contra el periodista Marcos Lorenzo, en lo que parece un intento por evitar que se aportaran detalles sobre los incidentes en que agentes de la DNCD mataron a dos personas e hirieron otras seis. Que nada quede  impune.

Diálogo: la mejor herramienta

Entre Gobierno y empresarios hay diferencia de criterios por unos ajustes tributarios que en principio harán más costosos los combustibles y que, por  consecuencia, empujarán al alza los precios de bienes y servicios. La disparidad también obedece al interés del Gobierno por modificar incentivos fiscales otorgados a la industria para mejorar su competitividad. Estos cambios forman parte del paquete de compromisos que el Gobierno asumió en su más reciente pacto con el FMI.

Para armonizar criterios y conducir estas reformas por el camino menos lesivo, es necesario sentarse a la mesa de negociaciones. El diálogo es la mejor herramienta para llegar a un entendimiento absolutamente necesario. Felizmente, ya está en agenda un encuentro entre representantes del Poder Ejecutivo y del sector empresarial. Del diálogo debe salir una fórmula que satisfaga las necesidades fiscales sin lesiones tan fuertes como las que se pronostican.

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