Que no entre a tu corazón

Que no entre a tu corazón

ÁNGELA PEÑA
No podemos evitar estar tristes… Fingir no sirve, ocultar lo que sentimos tampoco. La tristeza está y no hay forma de escaparse. Dejemos que fluya esa emoción, como sea llorando, alejándonos, meditando… No debemos reprimir nuestras emociones. No todos los días son soleados, en esta vida tenemos también días oscuros, callejones que no sabemos a donde nos conducen.

Que la tristeza no nos inquiete ni nos haga creer que será para siempre. Volveremos a estar bien. Sentiremos nuevamente la alegría tocar a nuestra puerta.

Que no nos inquiete una lágrima, que no nos desarmonice el sentir que hoy no es igual que ayer pues la tristeza nos acompaña.

Dejemos que fluya. Todos pasamos por situaciones difíciles. En algún momento tuvimos que aparentar ser fuertes para que el dolor no nos sepultara, en otros nos guardamos el llanto pues nuestra debilidad era tal que preferimos bañarnos internamente con nuestras lágrimas para ver si de esa forma nuestro corazón mantenía su ritmo y no se frenaba.

Sentimos alguna vez el peso del adiós. También aprendimos a mantener el paso firme y decidido aun cuando caminábamos sobre un pantano. Entonces ¿por qué no dejar que la tristeza nos visite?

Dejemos que ella surja en el momento en que lo necesita. Ya pasará. Ya volverá a salir el sol.

Pero si optamos por seguir reprimiendo esa emoción día tras día, sólo lograremos lastimarnos y sangrar mucho más.

Y como dice el autor: «Todas las emociones son importantes y necesarias. No siempre estarás en el lado fuerte. Expresa lo que sientes. Pronto volverás a estar alegre».

(Enviado por Félix Victorino y Solange Sánchez)

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