La victoria del Partido de la Liberación Dominicana en las elecciones congresionales y municipales del próximo 16 de mayo parece inminente e inevitable, a no ser que se produzca un milagro a favor del PRD.

Es realmente imbatible la maquinaria electoral del PLD, sustentada por un aparato estatal muy poderoso y por una gestión gubernamental que tiene más luces que sombras, y que según los principales voceros oficialistas no tiene punto de comparación.

Pero ese posible triunfo aplastante no debía llevar a los peledeístas a creerse dueños del país, como de manera muy prudente y sensata le recomendó un alto dirigente de esa organización en unas declaraciones publicadas por el periódico Hoy el pasado miércoles 28 de abril.

La soberbia, arrogancia, altanería o la burla en este tipo de situaciones o celebraciones se puede revertir en contra de los que la practican, y por ello un estudioso de la historia, de los fenómenos sociales y políticos como Don Euclides Gutiérrez, hace la advertencia para que sus compañeros no se emborrachen con la victoria. Que no hay a ningún tipo de retaliación ni desconsideración personal, y que se disipe la amenaza de un régimen totalitario o absolutista que insinúe el establecimiento de una especie de partido único, lo cual sería perjudicial para el equilibrio democrático.

Con humildad y respeto deben los peledeístas y sus aliados recibir la victoria que se avecina, ¡y qué viva la democracia, y todos los grandes líderes que han luchado por su engrandecimiento!